El próximo martes 25 de abril cierra la convocatoria que Hola América está haciendo a proyectos de innovación social y start-ups enfocadas en mejorar la vida de comunidades migrantes, y que consiste en tutorías de acompañamiento activo y direccionamiento de proyectos durante, al menos, tres meses para asegurar su salida a flote económica y su sustentabilidad.
La convocatoria financiada que cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, busca potenciar a agentes de cambio social y a emprendedores que trabajen específicamente con los extranjeros que llegan a desarrollar sus vidas en Argentina (y también en Chile), a buscar oportunidades y que, por su condición, requieren redes de contención y apoyo que los locales dan por sentadas.
Es lo que hizo, por ejemplo, Nippy, un proyecto iniciado por venezolanos que recibió asesoría el año pasado, seleccionado por su impacto. Sus ejecutores detectaron una necesidad que habían vivido: la de los trabajadores de plataformas que requerían una red de apoyo para solucionar problemas que iban desde lo legal-burocrático a lo técnico, con lugares de descanso y sistema de asistencia para sus vehículos.
Marianny Pacheco, que coordinadora de la convocatoria, explica que a través de este proyecto, Hola América busca trabajar los desafíos desde los lentes de la innovación social. “Esto implica no solo reconocer esos desafíos sino también las oportunidades vinculadas a estas migraciones, que es una mirada que suele ser muy distinta a la de las organizaciones que trabajan en esta temática”.
El desafío, para su organización, es dejar la mirada asistencialista y visibilizar a los proyectos que están generando transformaciones y “cambiando las reglas del juego” a nivel global, porque muchas de estas innovaciones son luego replicadas en otras latitudes. De hecho, el proyecto Hola América nació de la organización Ashoka, que antes desarrolló una iniciativa similar en Alemania llamada Hello Europe, en la que trabajó principalmente con comunidades de migrantes sirios.
“Hemos identificado que las personas migrantes no son comprendidas como agentes de solución o como aportadores de valor, sino como sujetos receptores de asistencia pública. Esa mirada de “pobrecito” el migrante, consideramos que es solo una parte de la historia porque cuando llegas a un país, sí, es necesario que accedas a derechos, pero también que se te considere como una persona que tiene mucho para aportar”, explica.
Hemos identificado que las personas migrantes no son comprendidas como agentes de solución o como aportadores de valor, sino como sujetos receptores de asistencia pública
Ignacio Sarmiento, el coordinador del proyecto en Argentina explica que se seleccionarán “cinco emprendimientos socio-productivos y productivos acá y otros cinco en Chile, a los que buscamos potenciar y hacer escalar a través de una red de mentores de más de 25 empresas que pasaron por esta etapa, y que los acompañarán por un período de tres meses”.
El área de incidencia puede ser en los siguientes rubros: Empleo y formación; Capacidad financiera y start-ups; Cultura gastronómica; Apoyo de redes formales/no formales; Bienestar y salud; Vivienda; Intercambio intercultural; Apoyo legal; Mediación, negociación y reintegración socio-laboral; Narrativa; Políticas públicas; Prevención de la violencia y la radicalización; Deportes; Países en transición y Educación y formación de niños, niñas y jóvenes.
“El año pasado seleccionamos 40 innovaciones a las que brindamos asistencia directa, capacitación focalizada y herramientas para refinar los modelos y crecer. Nosotros también los ponemos en contacto con tomadores de decisión y fuentes de financiamiento que les permitan desarrollarse mejor”, sostiene.
El año pasado seleccionamos 40 innovaciones a las que brindamos asistencia directa, capacitación focalizada y herramientas para refinar los modelos y crecer
La iniciativa busca también aportar en un “cambio sistémico” sobre la percepción de la migración en el continente, donde Argentina está muy a la vanguardia. “Es necesario cambiar cómo se cuenta la historia sobre las personas migrantes. Necesitamos más historias de aporte y transformación, frente a las de desconexión que suelen abundar”, opina Marianny Pacheco.
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