El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó las proyecciones de crecimiento para Argentina para el 2023. El organismo había estimado que el país crecería un 2% este año, pero ahora redujo este porcentaje al 0,2%. Además, anticipó que la inflación será un 28% más alta de lo previsto originalmente.

En su informe Perspectivas económicas internacionales, publicado este martes en Washington, el FMI redujo de 2% a 0,2% el crecimiento estimado del PBI para Argentina y aumentó de 60% a 88% la inflación esperada para este 2023. El organismo atribuyó estos cambios al impacto de la sequía en la economía nacional y apuntó además hacia un contexto de desaceleración mundial. Sin embargo, mantiene las expectativas de crecimiento del 2% para el 2024.

Estas estimaciones se ajustan a las que también hizo el Banco Mundial, organismo que la semana pasada predijo que Argentina no crecerá este año. Sin embargo, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) es todavía más pesimista, dado que no sólo no pronostica crecimiento sino que indica que el PBI caerá un 2,7% en el 2023 y que la inflación será del 110%.

Otro aspecto sobre el que recayó el pesimismo del FMI es la desocupación: el informe anticipa una suba del desempleo del 7% de la población activa en 2022 al 7,6% en el corriente año. Por otro lado, siguen mostrando algo de optimismo al señalar que el país tendrá un resultado positivo en la cuenta corriente del balance de pagos, calculado en un 1% del PBI.

En el plano internacional, el FMI espera que "las economías avanzadas vean una desaceleración del crecimiento especialmente pronunciada, del 2,7% en 2022 a 1,3% en 2023", aunque anunció un crecimiento considerable para economías como la china. En general, el diagnóstico del Fondo indica que el mundo atraviesa una fase de incertidumbre, con un crecimiento mediocre y niveles de inflación que todavía no disminuyeron de forma decisiva.