A casi un año de que Alberto Fernández encabezara el acto para promulgación, el gobierno presentará públicamente la reglamentación de la ley de producción industrial con la planta de marihuana. El documento con la normativa que servirá para ejecutar la legislación ya fue redactado y aprobado tanto por las autoridades como por la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME) y por el ministro de Economía, Sergio Massa, cartera de la que depende dicho organismo. A menos que haya un cambio de último momento, el evento será con un acto en el CCK en las próximas semanas.
La reglamentación ya fue derivada a la secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, y por el momento no se esperan objeciones. Una vez presentada la reglamentación en el Boletín Oficial, comenzarán los procesos de licencias para poner en marcha esta industria. En Economía creen que alrededor de 300 emprendimientos estarán listos para ser autorizados a producir.
La reglamentación de la ley marca que será establecida como legítima la producción de marihuana para usos medicinal humano, veterinario, cosmético, industrial, nutricional, de sanidad y fertilidad vegetal. Además, con esta planta se pueden fabricar biocombustibles, autopartes, materiales de construcción, alimentos para animales, entre otras cosas. El directorio de ARICCAME fijará las condiciones para los pedidos de licencias y autorizaciones.
Cómo se tramitarán las licencias para la producción con plantas de marihuana
Francisco Echarren, presidente de ARICCAME, dijo que se establecerá una Ventanilla Única para tramitar las autorizaciones y licencias para realizar las operaciones. Esta tiene como objetivo evitar que los aspirantes a las licencias tengan que sortear evaluaciones y burocracias de varios organismos a la vez. “El objetivo es unificar procesos, normas, reglamentos y trámites para optimizar el funcionamiento de los dispositivos de aplicación para el otorgamiento de licencias y autorizaciones. Y simplificar, agilizar y optimizar la gestión administrativa de los trámites”, explicó un integrante del equipo técnico de ARICCAME.
Las licencias no serán transferibles, se otorgarán por un plazo de cinco años como mínimo y tendrá seis tipos. El primero es la licencia de criadero, multiplicación y cultivo. El segundo de servicios logísticos. El tercero de producción de derivados, mientras que el cuarto de comercialización de semillas, esquejes y plantas. El quinto será para estudios y pruebas analíticas. Por último, el sexto es para comercio exterior.
El Marco Regulatorio para el Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial es un documento de 12 páginas. El mismo cuenta con la primera gran novedad y es que el Estado argentino habilitará la producción industrial de la planta de marihuana hasta con 1% de tetrahidrocannabinol (THC) en su composición.
Qué es el THC
El THC es la principal molécula psicoactiva de la cannabis sativa. La ley de drogas, que fue sancionada en 1989 y se encuentra totalmente desactualizada respecto a los avances científicos sobre la planta, prohíbe su comercialización y tenencia para su uso adulto, exceptuando a las personas que se encuentren inscriptas en el Registro de Usuarios medicinales (Reprocann) y autorizadas por el Ministerio de Salud. Para todo lo demás, la manipulación de la marihuana con más de 1% de THC será considerada como cannabis psicoactivo y quedará bajo la órbita penal de la ley de drogas.
Mientras se mantenga en ese margen, se podrá producir todo tipo de productos, como aceites, alimentos o cosméticos. En un principio se había pensado en un límite de 0.2% de THC para la producción industrial, ya que es el número que marcan las reglamentaciones de países como Holanda. La Unión Europea establece una frontera de hasta 0,3% para cultivos industriales. Sin embargo, las cámaras de productores de ese continente también piden que se suba al 1%.
Las autoridades de la ARICCAME aceptaron el pedido sobre los beneficios terapéuticos de productos con un mínimo considerable de dicha molécula. Eso es lo que evita que los que fabrican productos con hasta 1% de THC deban pasar por los filtros técnicos de la ANMAT. Los especialistas en producción de cáñamo explican que una mayor tolerancia en el porcentaje de tetrahidrocannabinol permite manejar mejor la estabilidad de las nuevas genéticas y la producción del CBD. Esta es otra molécula esencial del cannabis para tratamientos terapéuticos pero que no posee efectos psicoactivos.