Durante la segunda jornada del segundo juicio por el abuso sexual y asesinato de Lucía Pérez, dos oficiales de la policía bonaerense y un enfermero declararon que la adolescente de 16 años llegó sin vida a la sala de salud del sur de Mar del Plata a la que fue trasladada por los principales sospechosos el 8 de octubre de 2016.
Peor antes hubo otro testigo, un vecino de la zona que vio como los imputados Matías Gabriel Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel (imputado y absuelto en el primer juicio, murió en 2020) llegaron a gran velocidad en una camioneta con la joven en la caja del vehículo. El testigo, Mauricio Fabián Stambulski, relató que los ayudó a entrarla a la sala médica.
Stambulski aseguró que los hombres estaban "intranquilos", y que después de que los médicos se hicieran cargo de Lucía, se alejaron un poco y discutían con una notoria preocupación. Además, dijo que por lo que pudo ver, Offidani era quien manejaba la situación, era "como el jefe". También contó que cuando constataron la muerte de la menor y llamaron a la policía, Offidani y Maciel se fueron.
Tras la segunda jornada del juicio y los testimonios de un vecino, un enfermero y dos policías, se confirmó que Lucía fue llevada a la sala médica sin vida.
Uno de los que confirmaron que el cuerpo había llegado sin vida fue el enfermero Diego Maximiliano Radubaniuk. En su declaración, el hombre recordó la misma secuencia narrada por el vecino: vio que la bajaron de la camioneta y la entraron a la sala. Agregó que solo se quedó Farías mientras le hacían RCP a Lucía, cosa que fue inútil, por lo que confirmaron la muerte. Fue entonces cuando llamaron a la policía.
Quienes se acercaron fueron los oficiales Cielo Rivelli y José Luis Jerez, los policías que también prestaron declaración en esta segunda jornada. La primera en testificar fue Rivelli, quien reveló que tras recibir una llamada por una persona muerta y acercarse, le sacó algunas fotos al cuerpo para tratar de identificarla. Así, contó la situación y exhibió las imágenes por primera vez.
La agente de la Bonaerense detalló que, a simple vista, no observó moretones ni sangrados en el cuerpo, solo "polvo blanco cerca de la nariz". Rivelli fue la policía que pudo contactar a la familia y comunicarle la noticia.
Según contó la mujer policía, Farías le dijo que había conocido a Lucía ese día, que habían estado consumiendo "gran cantidad de cocaína", que solo sabía su nombre y que tenía 18 años. Esto último es remarcado por su defensa, pero se comprobó mediante un chat que sí tenía conocimiento de su edad real, ya que le había ido a vender marihuana a la puerta de su escuela.
Por su parte, Jerez indicó que al hablar con Farías, le había dicho que la joven se había descompensado mientras estaban en la casa de él, y que la había metido "en la ducha para tratar de reanimarla", pero que, como no reaccionó, pidió ayuda a Offidani para trasladarla a la salita.
Con información de Infobae
