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Policiales

La noche del crimen según Thomsen: una narrativa sospechosamente ajustada para ser espontánea

En su insólita explicación de la noche, Máximo Thomsen explicó que en el boliche "había mucha gente", lo que dificultaba caminar en el lugar con las bebidas en las manos. "En un momento digo ´Basta de empujar´ y alguien me responde ´estamos todos en la misma´. Cuando termino de escuchar eso, alguien me empuja. Era un amigo que tenía un chichón. Uno lo agarró del cuello, era de seguridad, y le pedí que lo soltara. Entonces [el de seguridad] dice ´sacalo a él también´”, contó.

El relato de ese momento previo al crimen del principal imputado en la causa es clave: describe una situación confusa, en la que exterioriza su responsabilidad. El problema está afuera del grupo de sus amigos, hay empujones, casi que se puede escuchar la música fuerte y la sensación de extrañamiento.

"En el revoleo,-continúa- tiro las manos hacia arriba para sacármelo de encima porque me estaba asfixiando" y luego asegura que escuchó decir: "Llévenlo a la cocina que lo cagamos a palos". 

En este punto, lo que parece querer hacer es culpabilizar a la seguridad del boliche de la furia y el salvajismo con la que terminan asesinando a Báez Sosa. Es cierto, parece querer decir, que la pelea fue muy bestial. Pero eso es el efecto del maltratato del personal del boliche.

"Ya afuera fui donde estaban sentados los chicos, miro a la derecha y veo que uno de mis amigos estaba por entrar a una ronda de gente desconocida, y cuando veo eso digo ‘se van a pelear’. Me meto para sacarlo y cuando veo, me agarran del hombro y me pegan una trompada". Con desacostumbrado talento narrativo, Thomsen menciona personajes que lo agredían a él y a sus amigos. Lo curioso es que, hasta el momento, esos personajes no habian sido vistos por ningun testigo. Ni los amigos de Fernando, ni los patovicas de Le brique, ni los taxistas y comerciantes que vieron la golpiza desde afuera.

Al recibir un golpe, dice, cuando ya venía conmocionado por la asfixia, reaccionó tirando patadas: "No sé a quién, no sé a donde. Pero nunca con intención de matar nadie. Lo único, me metí a pelear porque era una persona contra muchos. Vi una ronda con mucha gente".

Una vez más, el relato del principal sospechoso queda completamente a contramano de las dos decenas de testigos y de todos los videos conocidos hasta el momento. "Siento que alguien me pone la mano en el pecho, es un amigo y me dice basta. Me di vuelta y me fui, me sigo yendo. Uno de los chicos dice que terminó mal. Yo digo: ´¿Cómo?, si fueron segundos´".

Con respecto a lo que el grupo hizo después de la agresión, dijo: “Mi idea principal siempre es comer despues del boliche. Después del boliche me fui a dormir porque para mí fue una pelea, un abrir y cerrar de ojos. Me levantan diciendo que estaba la policía afuera”.

El relato de Thomsen, en medio del llanto acongojado disparado al ver a su madre, había arrancado bien. Pidió disculpas, era lo que la sociedad entera esperaba, tras 11 días de juicio. Pero luego, la explicación parece demasiado bien construida, evitando las escenas complicadas que lo muestran como agresor. parece demasiada estrategia para ser una declaración esontánea.