A más de un año de la última aparición pública de Jack Nicholson, sus amigos alimentaron la preocupación por el actor al asegurar que está prácticamente recluido y que temen que se muera solo en su mansión.

La última vez que se vio a Jack Nicholson en público fue en octubre de 2021, cuando asistió a un partido de Los Angeles Lakers en el estadio Staples Center con su hijo Ray. Desde entonces, según revelaron allegados suyos al portal Radar Online, el actor de El Resplandor, de 85 años de edad, vive recluido en la mansión que le compró a la familia de su ya fallecido amigo Marlon Brando por 5 millones de dólares en 2005.

El portal norteamericano no precisó el nombre de sus fuentes y tampoco hubo declaraciones recientes del propio Nicholson que confirmen o refuten los temores de sus seguidores, pero las frases reveladas por los anónimos informantes son preocupantes. “Jack nos dejó bien en claro que su casa es su castillo, pero queremos que salga un poco y que aparezca para que sepamos que está bien”, reveló un allegado.

No socializa con nadie, eso es cosa del pasado.

Además, sus amigos apuntaron a que si bien el premiado actor se vincula con su hijo, no está teniendo contacto social con nadie más: “Él es su protegido, está muy orgulloso de su hijo, se mantiene en contacto con él y con algunos familiares más, pero no socializa con nadie, eso es cosa del pasado”.

La preocupación de los amigos de Jack Nicholson se acrecienta al recordar el final del también actor Marlon Brando, quien "murió como un recluso tras haber vivido una vida pintoresca". Con esto en mente, los amigos de Nicholson "no quieren que le pase lo mismo", y resaltaron que "sus hijos son su única conexión con el mundo" y que "no quiere enfrentar la realidad".

En medio de esta situación, se volvió a hablar de posibles enfermedades como la demencia, con lo cual reflotaron rumores sobre problemas de salud de muy larga data. Ya hace diez años, la familia del actor había negado rotundamente que él estuviera enfermo, y el propio Nicholson destacó en una entrevista que ya no se exponía porque ya no lo disfrutaba ni necesitaba. “No soy un solitario, no soy un recluso, pero no me hace falta volver, ya no es una necesidad. No lo disfruto. Es tan simple como eso”, expresó.