Tras unas desafortunadas declaraciones donde afirmó que "la gran mayoría de los futbolistas son desclasados", el periodista Nicolás Fiorentino escribió una carta abierta donde mostró arrepentimiento y afirmó que no quiso decir exactamente lo que se viralizó en redes sociales.

Fiorentino, parte de la mesa de Mejor País Del Mundo, en Radio Con Vos, analizó en el programa de TV Pública Desiguales la polémica alrededor de la negativa de la Selección Argentina a acercarse a la Casa Rosada o ser recibidos por el presidente Alberto Fernández: "Son jugadores a los que le pedimos que compitan a la más alta elite, y terminan siendo, la mayoría de los futbolistas profesionales, unos desclasados. Pierden el sentido de pertenencia, en el sentido de la despolitización".

Lo que intenté decir es que me parece injusto exigirles a los jugadores que compitan todos los días al máximo nivel, que nos den alegrías, y que, además, tengan sensibilidad política.

Tras les repercusiones que tuvo esta declaración, entre las cuales, según afirmó el propio periodista, recibió amenazas hacia su persona y a su hija de 12 años, decidió escribir una carta titulada "Me equivoqué, cometí un error. Me mandé una cagada". Allí, buscó aclarar qué fue lo que quiso decir y afirmó que se explicó de pésima manera, por lo que pedía disculpas por el mal entendido.

"Mi primer y grave error: deslizar un intento de análisis innecesario y completamente fuera de contexto, porque cuando la alegría es ebullición, sobran las lecturas o interpretaciones de segundo o tercer orden. Fue una estupidez, fruto de la soberbia de creer que siempre hay algo más interesante para decir", comenzó diciendo Fiorentino.

En este sentido, indicó que no se refería particularmente al plantel campeón del mundo, sino que se trataba de una apreciación general sobre la mayoría de los jugadores de fútbol que se van a Europa. "Son, por lejos, la Selección que mayor cercanía tuvo con la gente que yo recuerde. Es decir: NO SOLO JAMÁS DIJE QUE LOS JUGADORES DE LA SELECCIÓN SON UNOS DESCLASADOS, TAMPOCO LO PIENSO".

Agregó también que nunca dijo que no iban a la Casa de Gobierno por desclasados, sino que buscó hacer todo lo contrario: "Mientras en el debate se cuestionaba esa decisión, lo que intenté decir -de pésima forma- es que me parece injusto exigirles a los jugadores que compitan todos los días al máximo nivel, que nos den alegrías, triunfos, copas y que, además, tengan sensibilidad política".

"Es decir: estaba defendiendo que no vayan a la Casa Rosada. O AL MENOS DEFENDIENDO QUE NO SE LES EXIJA ESO TAMBIÉN. Exactamente lo opuesto a lo que circuló en redes", explicó. Luego, se preguntó si, como apasionado del fútbol, es contradictorio "poner en debate la conciencia de clase de los futbolistas y, a la vez, amarlos, idolatrarlos, adorarlos".

Para cerrar, Fiorentino dijo que tuvo "un gesto soberbio, exagerado, estúpido" y que seguramente "habrá otros", dando a entender que siempre se pueden cometer errores, pero que "en este caso no podía permitirme no hacer el intento, al menos, de aclararlo".