Con la llegada del invierno y el aumento de tarifas de luz y gas, muchos argentinos buscan maneras de mantener sus hogares cálidos sin recurrir a estufas o aires acondicionados. Existen diversas estrategias para lograrlo, aprovechando métodos económicos y sostenibles.
Es crucial mantener una buena ventilación en el hogar para prevenir enfermedades respiratorias y evitar la intoxicación por monóxido de carbono, un gas peligroso producido por artefactos que utilizan material combustible.
Asegurar el aislamiento de ventanas y puertas es fundamental. Revisar que no haya agujeros en buzones, cerraduras o rendijas y cubrirlos con tela puede evitar la entrada de aire frío.

¿Cómo mantener la casa calentita sin gastar de más en luz y gas?
Un truco útil es colocar papel aluminio detrás de los radiadores, especialmente los que están en muros exteriores, para reflectar el calor de vuelta a la habitación. Se puede usar papel de aluminio común o específico para este fin.
Las cortinas gruesas pueden evitar la pérdida de calor a través de las ventanas. Utilizar un forro térmico o tela polar es una opción accesible. Las alfombras gruesas también ayudan a aislar pisos fríos, reduciendo la entrada de aire gélido.

Dejar entrar la luz solar durante el día abriendo cortinas y persianas es una manera gratuita y natural de calentar la casa. Es importante cerrarlas al anochecer para retener el calor acumulado. Usar prendas de abrigo y mantas dentro de casa puede reducir la necesidad de aumentar la calefacción, ahorrando energía sin bajar demasiado la estufa.
Otros tips para ahorrar en energía
Cerrar puertas de habitaciones desocupadas evita que el calor se disipe en esos espacios, concentrándolo en las áreas más utilizadas.
No es eficiente dejar la estufa al máximo cuando la casa está vacía. Es preferible dejar la calefacción en piloto y aumentarla al regresar. Un termostato programable puede ser muy útil para ajustar la temperatura según la hora del día, optimizando el uso de energía.
Implementando estos consejos, es posible mantener una casa cálida durante el invierno sin incurrir en altos costos de electricidad o gas. Estas estrategias no solo ayudan a ahorrar dinero, sino que también promueven un uso más responsable de los recursos energéticos.