Tras la definición por penales que terminó con Argentina gritando campeón del mundo, se lo vio a Lionel Scaloni festejar usando una camiseta de Argentina, pero de otra época. Se trata de la que él mismo utilizó en el Mundial Sub-20 Malasia '97, pero ¿de donde salió?

En esta historia hace su aparición Tomás Calvo, un coleccionista que disfrutó de todo el Mundial de Qatar en el lugar de los hechos, que fue quien le regaló al entrenador esa misma camiseta. Tomás es, además, amigo de Germán Pezzella, y a través de él tuvo la posibilidad de vivir un sueño y formar parte de un momento histórico.

"Yo lleve tres camisetas: la del 10, que es mi ídolo, la Pezzella, y una que tenía de Scaloni de esa época (1997). La tenía guardada hace mucho tiempo, ni me imaginé que iba a ser el técnico de la selección. La compré porque me gustó, y cuando asumió y empezó la Scaloneta tomó una relevancia enorme y la quise llevar al Mundial", empezó su relato en Mejor País del Mundo, por Radio Con Vos.

Un coleccionista y amigo de Pezzella tenía esa camiseta de Scaloni hacía años y se la pudo entregar al DT en pleno campo de juego tras derrotar a Francia en la final del mundo.

Después del debut con derrota ante Arabia Saudita, Tomás tuvo la posibilidad de visitar la concentración argentina, debido a su amistad con el defensor. Fue en ese momento cuando le preguntó si le podía hacer llegar la camiseta en caso de ganar los siguientes seis partidos que quedaban por delante. "Ahí empecé a llevar esa camiseta siempre a la cancha", afirmó.

El domingo pasado, cuando Argentina se coronó campeona del mundo tras 36 años, el coleccionista pudo meterse en la cancha a festejar con los jugadores, y ahí fue cuando se la entregó en mano al DT. "Me temblaban las patas, no entiendo nada de lo que pasó. Siento que es una peli. Ya era un flash estar en la cancha, y pude intercambiar unas palabras muy sentidas con él", contó.

"Se emocionó, no me quería aceptar la camiseta, y le dije que había prometido que se la iba a dar. No se si le había pertenecido efectivamente a él o no, pero me dio a entender que la reconocía como propia" siguió el relato. Tras convencerlo de que la aceptara, Scaloni se sacó la chomba con la que dirigió la final y se la intercambió.

Sobre el hecho de haber tenido la posibilidad de pisar el campo de juego en ese momento histórico, Tomás dijo sentir que estaba "en una realidad paralela": "Soy un agradecido a la vida, porque sé que es una situación super de privilegio. Es una anécdota que ahora no caigo, pero pasado el tiempo, si tengo hijos, la voy a contar".

En cuanto a su relación con Pezzella y la visita que tuvo tras ese sorpresivo debut, aseguró que el defensor le decía que "iban a salir de esa, que iba a estar todo bien". En este sentido, Calvo dijo que "más allá de creer en mi amigo, creía en esa vibra y energía que había en el grupo. Ellos estaban convencidos de lo que iban a hacer y lo que iba a suceder. Algo sentían, como lo que nosotros percibíamos en el aire".