Si bien buena parte de la cúpula del bolsonarismo, incluyendo a los ministros más importantes y al vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, ya aceptó públicamente la derrota en las elecciones del domingo, e incluso trascendió que el propio Jair Bolsonaro afirmó, en privado, que "el juego terminó", los manifestantes bolsonaristas siguen ocupando las calles, buscando revertir el resultado y denunciando fraude.

Ahora mismo, a tres días de la elección en que fue electo como próximo presidente del país Lula da Silva, del Partido dos Trabalhadores (PT), sigue habiendo 150 cortes de rutas en todo Brasil. Según contabilizó O Globo, había 167 bloques a la mañana, algunos de los cuales fueron despejándose con las horas. La Policía Rodoviária Federal, que tiene las rutas y autopistas bajo su jurisdicción, informó que sus agentes deshicieron 631 manifestaciones en rutas de el lunes.

Según la policía encargada de las rutas de Brasil, sigue habiendo cortes en los estados de Acre, Amazonas, Espirito Santo, Goiás, Maranhão, Minas Gerais, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Pará, Pernambuco, Paraná, Rondônia, Santa Catarina y São Paulo.

Además, un grupo grande de militantes y simpatizantes bolsonaristas se congregó frente a la sede central del Comando Militar del Este, en Río de Janeiro. Ellos le pidieron a las Fuerzas Armadas que intervengan en el proceso electoral e impidan el cambio de gobierno, que les parece fraudulento.

Un acto similar se produjo en São Paulo, frente al Cuartel General del Ejército Paulista. Allí, centenares de personas vestidas de verde y amarilla, muchos de ellos rodeados de la bandera brasileña y otros con la camiseta de la selección le exigieron a las Fuerzas Armadas que se hagan cargo de la situación y reviertan las elecciones.