El gobierno de República Dominicana avanza en la construcción de un gigantesco muro, de 164 kilómetros de largo, en la frontera con su único vecino, Haití. La primera porción, que tendrá 54 kilómetros, ya "está avanzada" y se espera que se complete en febrero del 2023, según informó el Ministerio de Defensa dominicano.
Además, se abrieron los concursos a siete empresas para construir la segunda parte, que cubrirá los 110 kilómetros restantes. Las propuestas de estas compañías, que se habrían seleccionado por su "experiencia y capacidad", las recibirá el gobierno dominicano el próximo 5 de septiembre.
Mientras Haití es el país más pobre de América Latina, Dominicana tiene, con la misma población, un PBI 10 veces mayor al de su vecina.
Al costado de la enorme pared se construirán dos rutas, torres con cámaras de seguridad y algunas puertas, ubicadas de forma estratégica. Según el gobierno de República Dominicana, la infraestructura servirá para "regular el movimiento de las personas, los vehículos y el comercio, así como las complejos situaciones sociales que surgen alrededor de los 391,6 kilómetros de frontera" entre ambos países.
Haití y República Dominicana son los únicos países de la isla La Española, la segunda más grande del caribe. Pese a su impresionante cercanía, el desarrollo histórico de ambas naciones no pudo ser más distinto. Mientras Haití es el país más pobre de América Latina, Dominicana tiene, con la misma población, un PBI 10 veces mayor al de su vecina. La esperanza de vida es 8 años mayor en este último país, y la tasa de alfabetización incluye a un 40% más de su población.
Algunas organizaciones dedicadas a los derechos de los migrantes, y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), expresaron críticas al proyecto del muro.
Por esa razón, hay un constante movimiento migratorio desde Haití a República Dominicana, y esto generó tensiones históricas entre ambas poblaciones. Mientras los haitianos buscan entrar en su vecino próspero, hay una historia de racismo y hostilidad por parte de los dominicanos, que no siempre desean la entrada libre a su país.
Algunas organizaciones dedicadas a los derechos de los migrantes, y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), expresaron críticas al proyecto del muro, afirmando que podría incrementar la hostilidad entre ambos países y la discriminación contra los inmigrantes haitianos.
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