Alabó a Adolf Hitler, le pegó a un legislador, está investigado por nepotismo y corrupción, es ingeniero, empresario, exalcalde y sacó el 28% en las elecciones presidenciales del domingo en Colombia. El nombre de este colorido personaje, y probable próximo presidente de Colombia, es Rodolfo Hernández.
Las últimas elecciones en Colombia se caracterizaron por la caída monumental del llamado "uribismo", la corriente política que impuso a los últimos tres presidentes de aquél país, empezando por Álvaro Uribe en el 2007. El domingo, el candidato de este sector, Federico Gutiérrez, sacó apenas el 24% de los votos a nivel nacional.
Esto permitió una reconfiguración del mapa electoral colombiano, y el ascenso al ballotage del polémico Hernández, quien tendrá que competir con Gustavo Petro, el candidato de izquierda que alcanzó el 40% de los votos en la primera vuelta.
Hernández comenzó su carrera política financiando la campaña de Luis Fernández Bohórquez, quien salió vencedor en las elecciones del 2011 y llegó a la alcaldía de Bucaramanga. Sin embargo, pocos años después terminó preso por corrupción. Hernández, por su parte, logró salir indemne del escándalo, e incluso colaboró con la investigación. Fue, también, el sucesor de Bohórquez en esa alcaldía.
La del 2022 fue su primera campaña presidencial. Según informó el propio Hernández, la financió enteramente de su bolsillo. Su plataforma no se basó tanto en la promoción de políticas concretas como de una campaña contra la corrupción de lo que él, como el argentino Javier Milei, llamó la "casta política".
Durante su corta carrera, el candidato de 77 años enfrentó varios escándalos. Entre ellos, fue acusado de nepotismo durante su gestión al frente de Bucaramanga, le pegó una potente cachetada a un legislador de la ciudad y alabó a Adolf Hitler en una entrevista radial, aunque luego dijo que quería decir "Albert Einstein". Además, es conocido por sus frases machistas, y su opinión retrógrada sobre el rol de las mujeres en la política.
Sin embargo, el dirigente no un derechista clásico. No se referencia ni en Jair Bolsonaro ni en Donald Trump, sino que se siente más cerca de Andrés Manuel Lópéz Obrador, el presidente mexicano de izquierda. Admira también a Nayib Bukele, el presidente de El Salvador. Además, plantea la necesidad de que el estado comience a entregar cocaína como tratamiento a las adicciones y como forma de luchar contra el narcotráfico. Cree que es necesario garantizar el derecho la vivienda y continuar con el proceso de pacificación de Colombia, a diferencia de los dirigentes uribistas. Ahora, Hernández necesita atraer a los votos que obtuvo Fedérico Gutierrez para llevar a cabo su programa.
