Paolo Rocca y Marcelo Mindlin son dos empresarios que el kirchnerismo miró siempre con recelo, pero de sus constructoras depende que una obra estratégica esté hecha en tiempo récord.

El objetivo: importar menos combustibles o “recuperar la soberanía energética”, una de los objetivos que sobrevoló el discurso de Alberto Fernández este mediodía en el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, a diez años de la estatización de YPF.

Contrarreloj, el Gobierno intenta avanzar en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, una demorada infraestructura con la que traer el abundante gas que duerme en las rocas de la Patagonia hasta los centros de producción y consumo que lo necesitan en las fábricas o en los hogares.

El objetivo: importar menos combustibles o “recuperar la soberanía energética”.

Por un lado, el debate en este momento es cómo se dividirá el trayecto de 500 kilómetros desde la localidad neuquina de Tratayen hasta Salliqueló, en la provincia de. Buenos Aires.

Lo que defina la Secretaría de Energía determinará qué compañías podrían presentarse a la licitación, dado la exigencia del terreno y el tamaño de las maquinarias que hacen falta para hacer grandes huecos en la tierra y sobre todo mover grandes tuberías por donde circulará el fluido.

La novedad es que, ante semejante desafío, no habría competencia entre ambos popes del establishment: Techint Ingeniería y Construcción podría asociarse con SACDE, la constructora que el dueño de Pampa Energía le compró a los hermanos Calcaterra, primos del ex presidente Mauricio Macri, allá por 2017, cuando se llamaba Iecsa.

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De esta manera, crearían una unión transitoria de empresas para ganar en eficiencia. “Esa es la intención, ya que es la única forma de llegar al invierno 2023”, dijeron fuentes cercanas a las negociaciones, que igualmente aclaran que todavía no salieron los pliegos para tener más detalles.

Si se subdividiera en más tramos el proyecto podrían participar más constructoras, como BTU o Contreras Hermanos, según informó el portal especializado Econojournal, pero agregaría riesgos de demoras en caso de una mala coordinación. Por el contrario, la adjudicación al dúo Techint-SACDE podría garantizar un desarrollo sin trabas.

Clave pero retrasada

Desde que se potenció la extracción de gas del yacimiento no convencional en 2016, con Tecpetrol -la petrolera de Techint- como protagonista, siempre quedó como gran pendiente desarrollar la cañería para poder abastecer con ese recurso la demanda del país, que por ahora exige compras a Bolivia o llegada de barcos de GNL.

Ni la gestión de Mauricio Macri ni estos dos años de Fernández avanzaron con el gasoducto, clave para que el país se ahorre divisas en la compra de combustibles, que terminan afectando las reservas y la estabilidad cambiaria. En el primer trimestre de este año, por ejemplo, la importación de energía trepó 196% respecto de un año atrás.

Con el salto de los precios de la energía por la guerra, el Poder Ejecutivo aceleró los tiempos y ya licitó la provisión de los tubos con costura, una compulsa donde solo se presentó Tenaris -también de Techint- que se comprometería a empezar a entregar tramos desde agosto próximo. Los fabricará en su planta bonaerense de Valentín Alsina, con capacidad para sacar hasta 60 kilómetros por mes.

Ni la gestión de Mauricio Macri ni estos dos años de Fernández avanzaron con el gasoducto, clave para que el país se ahorre divisas en la compra de combustibles.

Por eso ahora es clave la concreción de la obra civil. Si se busca tener funcionando el gasoducto para agosto de 2023 obligará a un esfuerzo poco común de todo el sector. De ahí que la posibilidad de una UTE entre las empresas de Rocca y Mindlin se vuelva una alternativa viable.

Un esfuerzo que el gobierno valorará en silencio. Nadie quiere hacer alharaca respecto del rol clave de empresarios que en algún momento no se apuntaron como “miserables”, como le dijo Fernández a Rocca al comienzo de la pandemia.  O que han sido acusados sin pruebas de presunto “testaferro de Macri”, tal como ha agitado el kirchnerismo más duro sobre Mindlin, en especial cuando al comienzo de este gobierno se desprendió de la mayor distribuidora eléctrica, Edenor.