El represor Jorge Antonio Olivera, quien se encuentra en prisión domiciliaria, celebró sus 50 años de casados con su esposa Marta Ravasi con una gran fiesta. No sólo llamaron la atención los 60 invitados en el festejo, sino que además estuvo presente Ramón "Palito" Ortega. Incluso, realizaron un "brindis por la libertad".
Cabe resaltar que Olivera está condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, aunque en domiciliaria. Sin embargo, el represor estuvo prófugo durante casi cuatro años. La fiesta se realizó en Vicente López. También contó con la presencia de Cecilia Pando y su marido Pedro Mercado.
Luego de que trascendiera esta celebración, el fiscal general Dante Vega, quien es titular de la Oficina de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos de Mendoza, y el fiscal general de San Juan Francisco Maldonado pidieron al Tribunal Oral Federal de esa provincia que investigue las circunstancias de la misma.
Los fiscales solicitaron que a Olivera se le imponga a futuro la obligación de abstenerse de realizar eventos sociales que supongan la concurrencia de un número considerable personas ajenas al entorno familiar.
"A estas condiciones se les suma la contratación de servicios de música, mobiliario, catering, o cualquier otra actividad que desnaturalice el alcance y sentido de la pena impuesta, y ponga en crisis la motivación estrictamente humanitaria que justifica dicho régimen de excepción, sin que ello deba interpretarse, claro está, como un impedimento para el desarrollo de su vida familiar y social", añadieron Vega y Maldonado.
Quién es el represor Jorge Olivera
A Olivera lo detuvieron en Italia en el 2000 por el secuestro y la tortura de la modelo francesa Marie Anne Erize. Sin embargo, logró escaparse presentando un certificado de defunción falso de su víctima. Años después, en 2007, después de la reapertura de los procesos en la Argentina, la Justicia Federal de San Juan ordenó su captura.
Posteriormente lo encontraron tras un año de búsqueda, por lo que lo condenaron a prisión perpetua. Luego de que lo trasladaran al penal de Marcos Paz y que le dieran autorización para ir a una consulta al Hospital Militar Central, logró fugarse. Recién capturaron a Olivera en 2017 gracias a una investigación del fiscal Franco Picardi, que logró ubicarlo a través de escuchas telefónicas.
