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Sociedad

¿Por qué no hay que barrer el 1° de enero?

1° de enero

El Año Nuevo se rodea de mitos y supersticiones alrededor de rituales para atraer el amor, la abundancia y prosperidad, pero también para mantener alejada la mala suerte de la vida de las personas. Uno de ellos está vinculado a la limpieza: hay que evitar barrer el 1° de enero. ¿Por qué?

Todo se remonta a las creencias del Año Nuevo Chino, que se celebrará el 10 de febrero de 2024, pero termina aplicándose también para el nuevo año del calendario gregoriano que utilizamos normalmente. Según esta creencia, hay algunos comportamientos que se deben de evitar durante la celebración de cambio de año para no alejar la fortuna.

En este sentido, hacer limpieza durante los primeros momentos del año puede ahuyentar la energía positiva y literalmente “barrer” la buena suerte. Así que mejor dejá ese escobillón para mañana y disfrutá el feriado si no querés empezar el 2024 con el pie izquierdo.

Otras cosas que no se deberían hacer un 1° de enero es pelearse o corregir a alguien, discutir. De acuerdo con las tradiciones del mundo oriental, además de arruinar el espíritu festivo, augura un año de discusiones y malas tendencias.

En esa misma línea, una recomendación importante es no romper objetos de vidrio o porcelana, ya que esto se asocia con la ruptura de la armonía y la buena fortuna. Se aconseja ser cuidadoso y evitar situaciones que puedan propiciar accidentes o desequilibrios durante este día.

Tampoco se debería usar tijeras, cuchillos y otros elementos afilados el 1° de enero, ya que esto se considera propicio para cortar la buena suerte y la prosperidad. En su lugar, se insta a preservar la integridad y la armonía durante este día para asegurar un comienzo auspicioso.

Por otro lado, si tenes que pagar alguna deuda o prestarle dinero a alguien, mejor esperá unos días. Según estas creencias, hacerlo el primer día del año simboliza la pérdida de riqueza y prosperidad. En su lugar, es mejor realizar estas transacciones en fechas posteriores para asegurar el flujo positivo de la energía económica.