El inminente anuncio de Patricia Bullrich de apoyar la candidatura de Javier Milei remece todo el escenario de Juntos por el Cambio, donde los ánimos están muy caldeados y ya se respira un divorcio entre quienes seguirán al libertario y quienes no están dispuestos a hacerlo por ningún motivo.
En la reunión sostenida anoche entre Javier Milei y Mauricio Macri, ambos acordaron que el PRO tendrá un rol protagónico en la conformación de un eventual gobierno del libertario, a cambio del apoyo explícito e irrestricto en la campaña.
Esta decisión no acomoda a los sectores más moderados del partido, encolumnados tras Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, que por ahora guardarán silencio. Esta tensión se habría materializado en una durísima reunión de gabinete de la ciudad, donde, según aseguraron fuentes cercanas a la gestión de Larreta, los ánimos se caldearon al punto de irse a las manos.
En la Unión Cívica Radical, la tensión también es alta y la definición se dirimirá esta tarde en una cumbre partidaria, en la que la primera opción la tiene la idea de mantener neutralidad frente al balotaje. Salvo Maxi Pullaro de Santa Fe, los gobernadores radicales quieren mantener la neutralidad, previendo el escenario de un triunfo de Sergio Massa en el que no querrían empezar un período con las relaciones cortadas.
La UCR de Mendoza dio un paso adelante en este sentido y publicó un comunicado firmado por Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo, en el que sostienen que no apoyarán a ninguno de los dos candidatos.
Frente a este escenario, el exsenador Ernesto Sanz, uno de los fundadores de la coalición, se abrió a la posibilidad del divorcio: "Si las partes empiezan a decidir cosas diferentes, es obvio que se rompe; las coaliciones viven los que sus miembros quieren, no viven eternamente", dijo.
Si las partes empiezan a decidir cosas diferentes, es obvio que se rompe; las coaliciones viven los que sus miembros quieren, no viven eternamente
Esa misma posición sostuvo otra de las fundadoras de Juntos por el Cambio, Lilita Carrió, y su Coalición Cívica, quienes tampoco cruzarían el Rubicón en favor de ningún candidato.
Este es el escenario que recién se empieza a delimitar y que, seguramente, traerá muchos descolgados, quiebres y nuevas alianzas en la política argentina.
