A una semana de las elecciones, Alejandro Bercovich contó que estuvo "hablando de política con mucha gente, pregunta qué onda y qué piensan y a quién votarían". Expresó: "A la mayoría la encontré en pelotas, sin el más mínimo interés por lo que va a pasar en una semana, y a mi me encontrar sin mucho argumento en contra para convencerlos de que se involucren, lean, se interesen, porque la verdad hay muy poco en qué interesarse".

Según Bercovich, las principales fuerzas políticas, ambas nacidas del 2001, no logran convencer a la gente de que no van a hacer "lo mismo que hicieron en los últimos 20 años". Explicó: "Ese desinterés, esa falta de ganas, hizo que la manifestación más nítida en todas las elecciones que hubo hasta ahora fue la abstención". El periodista planteó que la política no está pudiendo resolver las angustias de la gente, ni los problemas estructurales del país.

En esa dirección, Bercovich mencionó una encuesta que registró que casi la mitad de las personas describieron la situación económica con las palabras "incertidumbre agotadora", mientras que un 37% la caracterizó como "camino al abismo". Apenas un 15% la describió como "crecimiento silencioso". Esa misma encuesta afirmaba que la gran mayoría de las personas creían que su vida iba a ser igual o peor, económicamente hablando, que la de sus padres, algo que caracterizó como una promesa rota de la democracia.

Bercovich expresó: "Esa incertidumbre agotadora de la que habla la mitad de la gente es la que explica la apatía, el desinterés, esa mirada tan a la distancia de los políticos y la política. Y eso, por supuesto, es una deuda de la dirigencia". Añadió: "Una situación como la de ahora, en la cual a nadie le importa lo que vaya a pasar el domingo que viene, es a la vez una situación en la cual el menú que desplegó la político no es lo suficientemente interesante". El periodista concluyó: "Lamentablemente, llegamos así. Faltan seis días, y hay un montón de gente que sigue diciendo 'y a mí qué'".