Juan Luis González es el autor del libro “El Loco” en el que desarrolla un perfil del candidato Javier Milei y profundiza en varios rasgos de su personalidad, pero en especial, en aquellos que lo hacen un personaje excéntrico.
“Es un libro que ayuda a comprender al personaje y ayuda a entender porqué un sector de la sociedad se inclina por él en este momento”, comentó Ernesto Tenembaum, con quien conversó en Radio Con Vos.
Tras la charla, te resumimos tres aspectos que hablan del lado menos convencional del candidato:
Comunicación con los animales
Milei quiso muchísimo a su perro Conan que murió en 2017, al punto que lo consideraba como un hijo. Cuando enfermó de cáncer, buscó ayuda en todos lados y tras consultar con un brujo que le ofreció protegerlo, Milei acudió a Cecilia Melamed, una médium que asegura establecer conexiones con animales.
Su hermana Karina empezó a entrenarse para poder hacer este tipo de mediaciones y desde entonces ella también habla con animales y le baja a tierra al candidato los mensajes que estos tienen para él.
Antes de que muriera, Milei recogió los genes de Conan y lo mandó a clonar a Estados Unidos. Hoy vive con seis clones del animal.
Delirio mesiánico
Milei contó a su círculo cercano que Conan no murió, sino que partió a sentarse al lado del “número uno” para protegerlo. Gracias al perro, comenzó a tener charlas con el mismísimo Dios. “Yo vi tres veces la resurrección de Cristo, pero no lo puedo contar. Dirían que estoy loco”, le dijo a un amigo en un chat al que González tuvo acceso.
En una de sus conversaciones con “el número uno″, este le reveló que tenía una misión para él como la que antes tuvo Moisés con los judíos: tenía que meterse en política y no tenía que parar hasta llegar a ser Presidente.
Las heridas de un niño golpeado
Según González, la infancia de Milei fue muy compleja y explica bastante la vida de él. “Ahí nace su asociación con la palabra que lo va a perseguir toda la vida que es “loco” y que es el apodo que le ponen los compañeros que lo ven medio raro. Se lo decía Eduardo Eurnekian, uno de los capos del Canal América, que comentaba que “era un loco que lo hacía reír” y se lo decía también su padre cuando hablaba de las golpizas que le daba.
Ya con Milei adulto, su padre justificó la violencia intrafamiliar como algo necesario para la crianza del economista: “Estaba loco, era un rebelde y no me hacía caso”, dijo.
Milei comentó este episodio en una entrevista con Perfil: “Mi viejo me cagaba a trompadas. No me olvido más de una golpiza que me dio el 2 de abril de 1982, cuando tenía 11 años. Estábamos viendo en la tele todo lo de Malvinas y a mí se me ocurrió decir que eso era un delirio, que nos iban a romper el culo. A mi viejo le agarró un ataque de furia y empezó a pegarme trompadas y patadas”, contó.