El diputado de Juntos por el Cambio, Gerardo Milman, desmintió las acusaciones en su contra que lo vinculan con el atentado a Cristina Kirchner, y pidió investigar por falso testimonio al asesor legislativo que lo involucró. Al mismo tiempo, la vicepresidenta pidió a la Justicia que se ordene el secuestro de los teléfonos de las empleadas del diputado a quienes les habría formulado la frase por la cual se lo acusa.
Milman quedó en el ojo de la tormenta por la declaración de un testigo que asegura haberlo visto en un bar con dos mujeres -que luego se supo eran empleadas suyas- y que lo escuchó decir “cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”, dos días antes del intento de magnicidio. "Jamás hice una afirmación como la que el ‘testigo’ ha pretendido como salida de mi boca, quién sabe con qué inconfesables fines políticos", declaró en un escrito ante la jueza María Eugenia Capuchetti.
Milman negó haber dicho que sabía que iban a matar a Cristina y denunció al testigo por falso testimonio.
En el escrito presentado, el funcionario afirmó que efectivamente estuvo reunido en el bar Casablanca el día señalado con sus secretarias, pero que el motivo de la reunión era la "organización de un evento en Mar del Plata" y que al mismo tiempo hizo lo propio en otras localidades, como Pinamar o San Antonio de Areco. "Ese fue el tema de conversación en dicha oportunidad", agregó.
De esta manera, Milman buscó desligarse y pidió que "se extraigan testimonios de toda esta incidencia a fin de que se investigue el delito de falso testimonio protagonizado por esta persona cuya identidad desconozco". Por esto, Capuchetti llamó a sus secretarias para que declaren como testigos, algo que hicieron hoy mismo, y el caso recayó sobre el juez Julián Ercolini.
Estas personas son Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, quienes negaron que Milman hubiera hecho alguna referencia a un ataque que fuera a suceder, aunque la segunda sí confirmó que hablaron de un viaje que el diputado haría al día siguiente a Pinamar. Lo curioso es que Gómez Mónaco primero desconoció la reunión, pero la recordó luego de que le mostraran las imágenes de las cámaras de seguridad.
La presentación de la defensa de Cristina Kirchner
José María Ubeira y Marcos Aldazabal, abogados de la vicepresidenta, presentaron un recurso de reposición ante el juzgado de Capuchetti para que "se ordene el inmediato secuestro de los celulares de Bohdziewicz y Gómez Mónaco", tras haber sido denegado el mismo pedido, de manera verbal, durante las audiencias de las testigos.
"Es inaudito tener que explicar por qué es importante contar con la única prueba que podría haber corroborado un testimonio de extrema gravedad sobre un atentado que podría haber cambiado la historia de nuestro país", remarcaron.
Las secretarias de Milman declararon como testigos, pero tuvieron algunas contradicciones, por lo que la defensa de Cristina pidió que se secuestren sus celulares.
En la presentación se destacó además que todos los datos aportados por el testigo fueron constatados por prueba independiente de su testimonio, por lo que solo resta confirmar o descartar lo que él dijo haber escuchado.
"Si lo que vuestra señoría esperaba es que las dos testigos admitieran haber escuchado que su jefe dijo 'cuando la maten yo estoy camino a la costa', la única forma de dilucidar la verdad de lo sucedido el 1 de septiembre parece que será a través de alguna confesión inesperada", explicaron.
Los abogados señalaron que los testimonios de Bohdziewicz y Gómez Mónaco presentaron contradicciones. Por ejemplo, la primera respondió que no iba nunca a la confitería Casablanca. Además, una de ellas dijo que se habían referido a los preparativos del viaje a Pinamar, mientras que la otra dijo jamás haber hablado de eso.