Hoy se celebra el Día de la Pachamama o de la “Madre Tierra”, en el que los pueblos y muchísimos latinoamericanos agradecen al planeta y a la naturaleza por todo lo que provee.
Una de las tradiciones más asentadas entre los mayores- y que cada vez se asimila más entre las nuevas generaciones- es beber en ayunas, durante la mañana del primero de agosto, tres tragos de caña con ruda macho para “espantar los males del invierno”.
La costumbre viene de los guaraníes que la llaman carrulim y que, como la mayoría de los pueblos originarios del continente, reconocían las capacidades medicinales de la planta utilizada con parásitos, malestares estomacales y la irritación por picaduras de bichos y alimañas.
Pero el alcance de las bondades del brebaje va mucho más allá para algunos que lo toman como talismán y lo asumen como una acción protectora contra las malas vibras, la envidia ajena y la mala suerte.
La preparación se hace habitualmente con cierta antelación, para que la el alcohol absorba las propiedades de la ruda. En la botella de caña, se echan cuatro o cinco hojas de una ruda macho, que tiene propiedades y una forma distinta a la de la hembra.
Entre quienes lo practican, hay bastante amplitud en su práctica. Algunos toman un solo trago largo y otros hasta siete. Lo más común, sin embargo, es que sean tres y que se tire un pequeño chorrito a la tierra, para agradecer por la provisión de los alimentos, agua y “protección”.
Aquellos que no lo hacen hoy tienen otra oportunidad de acceder a la protección, ya que quienes sí lo hicieron pueden convidarle hasta el 15.