A 40 años de democracia, La Libertad Avanza logró entusiasmar a los genocidas de la última dictadura con un futuro donde sus actos sean reivindicados. Hay una larga lista de nombres de represores que, estando en prisión domiciliaria, están pidiendo autorización para ir a votar el domingo, cuando Sergio Massa y Javier Milei se midan en el balotaje.
El primero en exteriorizarlo fue Jorge "el Tigre" Acosta, el jefe de inteligencia del grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que escribió después de la primera vuelta electoral que “se aproxima la hora del conocimiento de la verdad”.
Otro de los que hicieron el pedido para ir a ejercer su deber cívico fue el exintegrante del Batallón de Inteligencia 601 que firmó un libro con Victoria Villarruel. Se trata de Alberto Jorge Crinigan, un militar que combatió en Malvinas bajo las órdenes del padre de la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza y un piloto de los vuelos de la muerte.
Al igual que Crinigan, que ya había presentado la solicitud en las PASO y en las generales para votar en La Plata, en esa misma jurisdicción pidió ir a votar Emilio Parodi, exgerente de Recursos Humanos de la empresa Molinos Río de La Plata, quien fue procesado por secuestros y desapariciones de obreros de la planta del partido de Avellaneda.
Otro de los que se anotó es Rufino Batalla, condenado a trece años de prisión en 2014 por su participación en La Cacha, el centro clandestino de detención que funcionó junto al penal de Olmos. Por ese campo de concentración pasó Laura Carlotto, hija mayor de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
También están queriendo votar los condenados a perpetua por su labor en la ESMA: Randolfo Agusto Scacchi, Miguel Ángel García Velasco, Orlando González, Carlos Mario Castellví, Alejandro D’Agostino (tripulante del vuelo de la muerte en el que arrojaron al mar a tres Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas), y Horacio Luis Ferrari. Otro de los jerarcas del Batallón de Aviación del Ejército condenado, Delsis Malacalza, también manifestó su deseo de expresarse en el balotaje.
En Bahía Blanca hay al menos seis represores que pidieron ir a votar el domingo: Enrique Stel, quien está siendo juzgado operativos de secuestros; el exagente de la SIDE Rubén Héctor Escobar, detenido el año pasado por su actuación en los centros clandestinos Automotores Orletti y la base Pomar; Oscar Roberto Gutiérrez, condenado a prisión perpetua por el asesinato del militante uruguayo Mario Roger Julién Cáceres; Alejandro Salice y Roberto Sifón, condenados a prisión perpetua por crímenes en el centro clandestino conocido como Sheraton; y Roberto Obdulio Godoy, condenado a prisión perpetua por crímenes en la comisaría de Ramos Mejía.
Los tribunales y los juzgados están contestando los pedidos de los represores para ir a votar. La legislación habilita a sufragar a quienes no tienen condena firme y están en prisión preventiva, y quienes están en la cárcel votarán en la unidad penitenciaria. En las primarias de agosto, en la Unidad 34 de Campo de Mayo sufragaron 30 detenidos por crímenes de lesa humanidad.
Fuente: Página 12
