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Política

Enojo en la CGT por la designación de la nueva ministra de Trabajo

CGT

Tras la renuncia al Ministerio de Trabajo de Claudio Moroni, quien ocupaba el cargo desde el 10 de diciembre de 2019, Alberto Fernández nombró como nueva ministra de Trabajo a Raquel Cecilia Kismer, también conocida como Kelly Olmos. El nombramiento fue recibido con malestar entre los dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT), quienes reclamaron no haber sido consultados al respecto.

Claudio Moroni tenía previsto renunciar para diciembre, pero apuró su decisión luego de la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta. La salida de quien fuera la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad se dio a raíz de su expreso repudio al desalojo de los integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi y a las condiciones irregulares en las que siete mujeres mapuches fueron detenidas y trasladadas hasta Ezeiza. La renuncia de Gómez Alcorta disparó, también, la del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta.

Kelly Olmos es una histórica militante del Partido Justicialista porteño y fue elegida para ocupar el lugar de Moroni por el presidente, quien sólo consultó la decisión con su círculo íntimo. Los dirigentes de la CGT recibieron esta decisión con disgusto por no haber sido consultados por Alberto Fernández sobre los posibles reemplazantes de Moroni, y porque pretendían colocar en el puesto a un gremialista afín a sus lineamientos e intereses.

La reacción de la CGT se inscribe en un contexto de tensiones previas entre la central sindical y el gobierno. En medio del conflicto con los trabajadores del neumático, Alberto Fernández había celebrado el pasado 26 de septiembre una cena en la que, entre otros invitados, contó con Claudio Moroni y dos de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, pero sin Pablo Moyano. Al día siguiente, Moyano amagó con dejar la conducción de la Confederación, pero sus compañeros y el propio presidente lo convencieron de quedarse.

La llegada de Olmos podría representar una ruptura del equilibrio recientemente recuperado en las relaciones entre la CGT y el gobierno, pero desde el oficialismo confían en que las tensiones cederán a medida que el Ministerio se ponga en marcha con su nueva titular. Por su parte, la ministra ya se comprometió a reunirse y a dialogar con la CGT.

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