Un acuerdo de la Cámara Federal de Casación Penal determinó que la jueza Ana María Figueroa cese sus funciones como magistrada a la espera de que el Senado resuelva si renueva o no su acuerdo por cinco años.
En la Cámara Alta, ahora, debe aprobarse el pliego que prorroga su permanencia en el Poder Judicial, ya que este miércoles cumplió 75 años, que es la edad tope para jubilar.
Hasta este martes, Ana María Figueroa ejerció la presidencia de la Casación Federal, máximo tribunal penal, e integraba la Sala I de dicha instancia.
Durante el acuerdo de superintendencia convocado por ella, informó la decisión de no firmar ni seguir ejerciendo la presidencia, a sus colegas Mariano Borinsky, Guillermo Yacobucci, Daniel Petrone y Gustavo Hornos, que votaron a favor de manera unánime.
Ahora, Figueroa dio un paso al costado, sin renunciar a su cargo, esperando a que se curse la prórroga que le concedió el presidente Alberto Fernández y de la que resta la aprobación del Senado. Hasta ahora, en dos ocasiones, la oposición bloqueó el avance de este pliego, al no otorgar el quórum necesario para que se sesione.
A raíz de esta decisión, el juez Mariano Borinsky, actual vicepresidente de la Cámara de Casación, asumirá la presidencia del máximo tribunal penal.
La presencia de Ana María Figueroa, cercana al kirchnerismo, es considerada clave en el desarrollo de causas contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner como lo son Hotesur y el Pacto con Irán. Mientras el Senado resuelve, la jueza aseguró que sus votos en diversas causas “iban a quedar a resguardo de la secretaría” de la Sala I integrada por Daniel Petrone y Diego Barroetaveña.
