Esta noche el presidente Javier Milei presentará su nuevo libro en el Luna Park, pero además sorprenderá con un show musical en el que será el protagonista principal. A raíz de esta extraña situación, recordamos la figura de Abdalá Bucaram, expresidente de Ecuador que no solo que también cantaba, sino que comparte varias otras características con el mandatario argentino.
Bucaram es el político fundador del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), partido de derecha a través del cual llegó primero a la intendencia de Guayaquil, y más tarde a la presidencia de Ecuador. Le decían “loco” por las excentricidades que decía y hacía. Por ejemplo, utilizaba citas bíblicas y se comparaba con Jesús y usaba un bigote muy similar al de Adolf Hitler.
En 1996 lanzó su candidatura presidencial. Durante la campaña, además de un mensaje populista, tenía una particularidad: sus discursos terminaban en espectáculos desenfrenados donde bailaba y cantaba sobre el escenario. Así, Bucaram se ganó la adhesión de los sectores más desfavorecidos, hartos de los políticos tradicionales, y se impuso en un ballottage con el 54,3% de los votos.
Llegó al poder el 10 de agosto de 1996 con la promesa de un plan económico que se basaba en la convertibilidad de la moneda local con el dólar estadounidense, respaldados totalmente por la reserva monetaria internacional. Durante su mandato aplicó medidas neoliberales que aumentaron el costo de los servicios escenciales, generando fuertes protestas a nivel nacional. Uno de sus asesores en esta materia era Domingo Cavallo.
Además, desde el primer día se encargó de enfrentarse con todas las instituciones, como partidos políticos, ex presidentes, sindicatos, banqueros y hasta clérigos, ya que los veía a todos como corruptos, incapaces o mentirosos.
Por otra parte, la presidencia de Bucaram se caracterizó por un alto nivel de corrupción y por su excéntrica personalidad, que planeó, entre otras cosas, contratar a Diego Maradona para la selección ecuatoriana, que organizó inmensas fiestas en la casa presidencial y que grabó un disco musical, "Un Loco que canta", durante su gestión.
Sin embargo, su aventura presidencial duró poco: el 6 de febrero de 1997 fue destituido por el Congreso de Ecuador por "incapacidad mental para gobernar", tras lo cual huyó a Panamá, donde obtuvo asilo político.
