Elecciones Turquía

Elecciones en Turquía: ¿Puede reelegirse un gobierno con una inflación desenfrenada?

Desde hace 20 años, Recep Tayyip Erdogan gobierna Turquía, pero en las elecciones de este domingo podría perder el poder. La crisis económica y el malestar social marcados por una inflación interanual del 50,5%, las disputas geopolíticas con Occidente, Rusia y China y los problemas causados por el terremoto al sur del país, con más de 50 mil muertos y millones de desplazados, ponen en jaque al líder turco.

Este 14 de mayo, se juega mucho en las elecciones de Turquía, que además cargan con un valor simbólico: coinciden con el centenario de la fundación de la República. No solo se define entre tres candidatos quién será el nuevo Presidente, sino que también cómo quedará conformado el Parlamento: 24 partidos políticos y 151 candidatos independientes compiten por las 600 bancas.

La “grieta” en Turquía 

El autoproclamado sultán Recep Tayyip Erdogan, líder del del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco), ganó todas las elecciones desde 2002 y no quiere que los comicios de este año sean los primeros que pierde. En su campaña electoral, el mandatario aseguró que la crisis económica y la desenfrenada inflación quedaron atrás, mientras insiste en resaltar los avances de su Gobierno en el desarrollo en infraestructuras y defensa. 

Erdogan encabeza el frente Alianza Popular, que domina el AKP y que forma junto al Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) de extrema derecha, el ultranacionalista e islamista suní de extrema derecha Partido de la Gran Unidad (BBP) y el islamista y euroescéptico Nuevo Partido del Bienestar (YRP).

Su principal rival es Kemal Kiliçdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que fue creado por Mustafá Kemal Ataturk, fundador y primer presidente de la República de Turquía. Detrás del principal candidato opositor se encolumnaron seis partidos de diferente ideología, que van desde la centroizquierda a liberales, nacionalistas e islamistas, con el objetivo de derrocar a Erdogan. Además, Kiliçdaroglu recibió el respaldo del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que cuenta con un apoyo estable del 10% de los votos, determinante en las elecciones.

A su vez, el candidato del Partido de la Patria (MP), Muharrem Ince, renunció esta semana a la carrera electoral, después de que fuera supuestamente víctima de un intento de chantaje con un vídeo sexual. «Me retiro. Lo hago por mi país. Le di a Turquía una opción fuera de la izquierda y la derecha. Traté de tener éxito, pero no pude», fue el anuncio del líder de este frente, que podría traducirse en un posible espaldarazo para el rival de Erdogan.

Los factores internos que marcan las elecciones en Turquía

Las elecciones de Turquía llegan en un contexto de crisis económica y malestar social. El gobierno de Erdogan es cuestionado por varios sectores de la sociedad por tener una las mayores tasas de inflación a nivel mundial, con una interanual del 50,5%, y porque en los últimos cuatro años la moneda turca, la lira, se devaluó más de 200%. 

A su vez, aumentaron las críticas hacia el Presidente turco por su mala gestión del trágico terremoto de febrero pasado, que dejó más de 50 mil muertos, millones de desplazados internos y un desastre económico y humanitario. Hay varias denuncias de corrupción en contra del Gobierno por sus vínculos con empresarios de la construcción que no respetaron ningún tipo de reglamento antisísmico en una de las zonas con más terremotos del mundo.

Por otro lado, los organismos de derechos humanos siguieron denunciando que en las últimas semanas incrementaron las detenciones arbitrarias de defensores de derechos humanos, abogados, periodistas, dirigentes y miembros de partidos políticos, “cuyos motivos no se han hecho públicos” y que “constituyen una clara vulneración “al derecho a votar y a ser elegido”. Según un comunicado de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía (IHD), esta situación plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de las elecciones que se llevarán a cabo el 14 de mayo de 2023.  

¿Por qué hay tanto interés internacional en estos comicios?

Turquía es un país con la economía número 20 del mundo y con el segundo mayor ejército de la OTAN. Ubicado en el paso de Europa a Medio Oriente, es un enclave geoestratégico de interés para las potencias como Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Rusia. Por eso, su devenir es tan interesante para los países centrales. 

Desde Occidente posan sus ojos en Turquía y en el gobierno de Erdogan que, en las últimas dos décadas, pisó fuerte en la arena internacional. Estados Unidos, la UE y la OTAN añoran, en silencio, un triunfo del opositor Kiliçdaroglu, que impulsará la reapertura de las negociaciones para incorporarse a la Unión Europea. A Washington, Bruselas y Londres no le cayó muy bien que Ankara, por un lado, condene a Rusia por la guerra en Ucrania, pero que no adhiera a las sanciones económicas contra el Kremlin. “Turquía dará un mensaje a Occidente con esta elección», expresó Erdogan en uno de sus últimos actos de campaña. 

A su vez, a estas potencias les interesa que Turquía no siga su propio camino expansionista en el Cáucaso Sur y en Medio Oriente. En los últimos años, Ankara fue cómplice de la guerra desatada por Azerbaiyán contra Armenia y Artsaj y mantiene una ocupación ilegal sobre el territorio de Siria argumentada en la “lucha contra el terrorismo”. 

En tanto, Rusia sigue de cerca la cita electoral, debido al carácter especial de sus relaciones con este país.

Turquía domina el estrecho de Bósforo, que conecta al Mar Negro- donde está Odessa y se desarrolla la guerra- con el Mediterráneo y desde mucho antes de que Estambul fuera Constantinopla, ha cumplido un papel clave en los equilibrios geopolíticos del planeta.

En 2016, durante el mandato de Erdogan, el planeta entero se estremeció con el asesinato del embajador ruso Andrei Karlov en la ciudad de Ankara, mientras visitaba una exposición de arte.

Erdogan, que negoció varios canjes de prisioneros, quiere ser mediador entre Moscú y Kiev y ha cumplido un rol preponderante en las negociaciones por la ampliación de la OTAN hacia oriente. Durante el último año, Turquía fue la piedra de tope para que Finlandia y Suecia se unieran a esa alianza militar.

Kiliçdaroglu expresó su interés para que las “relaciones turco-rusas sigan siendo sanas y dignas” y manifestó su oposición a los enfoques antirrusos en el mundo. 

¿Qué dicen las encuestas?

Según la última encuesta de ORC Research, Kiliçdaroglu se perfila como favorito en las elecciones de Turquía con un 48%, seguido de cerca por Erdogan con un 44,6 %. Mientras tanto, el tercer candidato, Sinan Ogan, de la Alianza Ancestral (ATA) conformada por partidos ultranacionalistas, de antiinmigración y panturcos, sólo tiene una expectativa de voto del 3,1%. Ante esta paridad, es muy probable que haya ballotage, ya que para ganar en primera vuelta un candidato tiene que superar el 50% de los votos.

También, los sondeos anticipan un nuevo récord de participación en las elecciones de Turquía. De acuerdo a una investigación del centro independiente turco de estudios sociales MetroPOLL, un 84,1% del padrón confirmó que irá a las urnas, mientras que el 11,3% dijo que ejercerán «muy probablemente» su derecho al voto.