El Papa ofreció sus «profundas» disculpas a los sobrevivientes indígenas en Canadá

El papa Francisco viajó a Canadá para reunirse con sobrevivientes de una antigua escuela residencial para indígenas y reiterar sus «profundas» disculpas por el nefasto papel que tuvo la Iglesia en la violencia contra esos pueblos.

Miles de menores de pueblos originarios sufrieron la «destrucción cultural» con la cooperación de la Iglesia desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990. Francisco arrancó su gira de seis días en Maskwacis donde se encuentra la antigua escuela residencial de Ermineskin donde pronunció su primer discurso, en español, ante unas 15.000 personas.

“Llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes, y por ustedes. Lo siento. Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también con su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, lamentó el papa.

En ese mismo acto, Francisco devolvió unos mocasines que simbolizan el sufrimiento padecido por los niños indígenas, que meses atrás fueron entregados al Vaticano a modo de ofrenda. El papa (85) llegó en una silla de ruedas para el encuentro del lunes con las poblaciones. 

Además, se expuso una bandera roja con los nombres de muchos niños que murieron en las escuelas administradas por la Iglesia donde se llevaron adelante programas de adoctrinamiento inscriptos en un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de al menos 6.000 menores por enfermedad, desnutrición, negligencia o abusos.

Alrededor de 150.000 niños indígenas fueron matriculados a la fuerza en estos centros donde fueron separados de sus familias, de su lengua y de su cultura y a menudo fueron víctimas de violencia física, psicológica y sexual.