Cada 25 de julio se celebra el Día Fuera del Tiempo o Día Verde. Esto tiene que ver con el calendario maya, que se extiende entre el 26 de julio y el 24 de julio del año siguiente, tomando los parámetros del calendario gregoriano. Por eso, en ese almanaque, el 25 de julio "no existe"; es un día de meditación y consciencia hacia ese nuevo ciclo que se vuelve a abrir.
Se trata de una sincronización solar-lunar-galáctica. Solar porque considera el ciclo terrestre alrededor del Sol (365 días y noches), lunar porque considera el ciclo lunar alrededor de la Tierra (28 días y noches), y galáctica porque comienza cada año con la salida de la estrella Sirio -la estrella más brillante en nuestro cielo- en la pirámide del Sol de Teotihuacán (26 de julio gregoriano).
Según el calendario maya, el 25 de julio no existe, es un momento previo a una nueva apertura de ciclo que comienza mañana.
Según el calendario maya, la Tierra tarda en dar un giro completo alrededor del Sol un tiempo equivalente a 364 días. Es decir, eso es lo que dura un año. Por su parte, en el calendario gregoriano (que es el que se utiliza en la actualidad), la Tierra gira alrededor del sol durante 365 días y cada cuatro años agregamos uno más, -el 29 de febrero- para ajustar el desfasaje de seis horas acumuladas por año.
Quienes reivindican el calendario maya, aseguran que el gregoriano da lugar a un desajuste que impacta en la percepción que se tiene del entorno y de la realidad. Por eso, proponen abandonar el almanaque occidental y emplear el maya, que permitiría percibir sincronicidades.
