¿Son los estadios la cuna de la identidad de un club?

La principal duda en el cierre de la temporada europea es adónde va a jugar Lionel Messi, si se queda en PSG o vuelve al Barcelona. Por lo pronto mientras sus compañeros festejaban el título de la liga francesa, el rosarino estaba en el recital de Coldplay en el Olímpico de Montjuic de la capital catalana. En esa cancha el Barsa oficiará como local durante la temporada 2022/23 porque comienzan las reformas del Camp Nou para ampliar la capacidad, renovar infraestructura y colocar un techo retráctil. En los últimos años muchos clubes de La Liga han reformado, demolido o mudado sus canchas al tiempo que en Argentina, ya sea por dinero o por una cuestión cultural, es más difícil desprenderse de los estadios originales.

El campo donde Lionel Messi hizo la mayoría de sus genialidades fue inaugurado en 1957 y se le realizaron reformas en 1989. Con 99.354 asientos es el tercero en capacidad en el mundo detrás del Rungrado Primero de Mayo de Corea del Norte y Melbourne Cricket Ground de Australia. Luego del partido de la última fecha contra Mallorca el club realizó una ceremonia para el inicio de obras donde participaron futbolistas, dirigentes y se enterró una caja con una camiseta, la bandera del club y una pelota. Además de los cambios que sufrirá el Camp Nou habrá fuera de él oficinas, un hotel, una pista de hielo y se reformará el Palau Blaugrana donde juega el básquet a un costo total de 900 millones de euros.

En 2019 Florentino Perez inició la reforma del Santiago Bernabeu que esperaba tener lista para fines de 2022, pero se especula llegará para mitad de este año. Si bien se siguió utilizando en paralelo, durante la pandemia jugó de local en el estadio Alfredo Di Stefano de la ciudad deportiva. Se hicieron reformas internas, como la modificación de accesos, aumento de capacidad y mejoras para el cuidado del césped, como también externas que incluyeron el techado completo y una fachada nueva. La obra vale un poco menos de la mitad que la de sus rivales y la ejecuta ACS, la constructora que pertenece a Perez.

Por estos lares

Las restructuraciones de catalanes y madrileños se asemejan a lo hecho por River que en 2020 inició los cambios en el Monumental. Con el aislamiento el club encaró las renovaciones que incluyeron la quita de la histórica pista de atletismo, bajaron el campo de juego, sacaron los alambrados y mejoraron el sistema de riego y ventilación de la cancha. Ya es el estadio de mayor capacidad de Sudamérica y cuando se terminen las refacciones llegará a 84.567 espectadores. Apenas inició su mandato en 2014, Rodolfo D´onofrio postuló la idea de tunear un estadio que fue inaugurado en 1938, que tuvo reformas para el Mundial de 1978, pero luego solo recibió el mantenimiento básico.

Cuando en 2018 el gobierno porteño inició la venta del Tiro Federal se empezó a hablar de la chance de que River vendiera su estadio y la administración de Mauricio Macri el Cenard, dos predios pegados al que vendió la Ciudad. Apuntaban a Gerardo Werthein, cuya familia compró el Tiro, porque era el presidente del Comité Olímpico y administraba el Cenard y por su amistad con D´onorio que trabajó muchos años en sus empresas. Finalmente no pasó de un rumor.

Tanto en las elecciones de 2019 en Boca como las actuales se preguntaron y se preguntan qué hacer con la Bombonera. Hace cuatro años, el actual oficialismo planteó su idea del estadio 360, para llevar la capacidad a 80.000 asientos con un techado parcial donde hoy está ubicado, pero deberían comprar las manzanas que están detrás de los palcos. Cuando Daniel Angelici era presidente, planteó tanto la ampliación como la construcción de una nueva cancha en el predio de Casa Amarilla. También un socio llamado Fabián Fiori presentó en 2016 el llamado proyecto Esloveno, que es una ampliación respetando la fisonomía actual e inspirada en lo hecho por Viktor Sulcic, el arquitecto que la diseñó. Para este año Jorge Ameal mantiene su idea, Fiori el Esloveno Plus y hay dos nuevas ideas. Andrés Ibarra, el candidato de Mauricio Macri insiste con la idea de Angelici de una nueva cancha para 105.000 hinchas, pero unida por un puente a la actual Bombonera a donde irían a ver el partido quienes no entren a la otra. Jorge Reale, candidato opositor, quiere construir una nueva sede en la Isla Demarchi, a menos de 5 kilómetros de distancia.

Mudarse de estadio

Este último se parece a lo que hizo el Atlético Madrid que dejó el Vicente Calderón y se mudó al Metropolitano. La que fuera la casa del colchonero abrió sus puertas en 1959 y entre sus particularidades se daba que una autopista pasaba por debajo de una de sus tribunas. En 2007 la municipalidad de Madrid firmó un convenio con el club y la cervecería Mahou, lindante al estadio para el revalúo de los terrenos, lo que permitió su venta para la ampliación de la autopista M-30 y la construcción de complejos de viviendas y apenas iniciada la pandemia se demolió la última tribuna. En 2017 el Atlético le compró al gobierno municipal el Metropolitano. Ese estadio, construído en 1992 estuvo postulado como sede central para las candidaturas fallidas de la ciudad como sede los Juegos Olímpicos de 2012, 2016 y 2020.

Salvando las distancias es el camino que atravesó y atraviesa San Lorenzo. Durante la dictadura de Agustín Lanusse se proyectó una autopista que iba a atravesar el Viejo Gasómetro y lo iba a partir en dos. Con la llegada del Proceso, el intendente de facto Osvaldo Cacciatore hizo todo para cerrar la cancha, que tuvo su último partido el 2 de diciembre de 1979. En 1993 el club inauguró el Nuevo Gasómetro y con la recuperación final de los terrenos de Avenida La Plata en 2019 se encaminó la Vuelta a Boedo. En ese momento se proyectaba que, solo para la cancha, iban a ser necesarios 60 millones de dólares, pero si se realizaba el proyecto completo, que incluía una escuela, una plaza y otras cosas acordadas con el gobierno de la Ciudad, el costo se elevaba a 100 millones. Este año deberían realizarse las elecciones presidenciales y esperar si los ganadores retoman la idea. Lo mismo sucede con Racing que en 2020 lanzó el plan institucional para la remodelación integral del Cilindro, que si bien tuvo algunas mejoras, no se comenzó con los cambios grandes.

Mismo lugar, disntnto estadio

Independiente decidió tirar abajo el Doble Visera luego de su último partido en 2006. Modelo a nivel mundial por ser uno de los primeros hechos de hormigón armado, fue testigo de las siete Copas Libertadores que ganó el club. Sobre el mismo predio, abrieron simbólicamente el nuevo en 2008, pero recién un año después tuvo su apertura formal, aunque hubo que esperar hasta 2016 para que todo el estadio estuviese habilitado. Algo similar hizo el Athletic Club de Bilbao que construyó el nuevo San Mamés al lado del viejo, que fue demolido para poder construir la tribuna Sur del actual.

El antiguo foro fue sede del Mundial 1982, mientras que el nuevo había sido designado para la Eurocopa 2020, pero por la imposibilidad de recibir público por la pandemia fue reemplazado por La Cartuja de Sevilla. Entre los aportes del club, el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Viscaya y el Kutxabank, además de lo que recibió el club por los terrenos del viejo San Mames, no se superaron los 200 millones de euros para erigir la nueva sede.

En los últimos años Juventus construyó su nueva casa, Inter y Milan podrían abandonar el Giusseppe Meazza, Corinthians compró el Arena San Pablo usado durante el Mundial 2014, Peñarol presentó en el Campeón del Siglo para dejar el Centenario, aunque uno de los casos más singulares fue el del Arsenal inglés. En 2006 dejó Highbury para mudarse al Emirates Stadium, que tiene el doble de capacidad y el antiguo estadio se convirtió en un complejo de viviendas. Mientras Barcelona proyecta al Camp Nou del siglo XXI, busca repatriar a Messi para que dentro de un año sea el encargado de la reinauguración.