La sequía histórica de la Argentina generó un descalabro importante en los negocios del país, que evidencia su magnitud desde la molienda de soja hasta las importaciones del poroto.

En primer lugar cabe destacar que la cosecha argentina de soja de la campaña 2022/23, producto de la falta de agua, fue de apenas 21 millones de toneladas, es decir, una caída interanual superior al 52%.

Esto quiere decir que las industrias se quedaron sin materia prima para procesar y, si bien los sucesivos programas de incremento exportador aportaron ritmo a las ventas de soja por parte de los productores, la realidad es que las aceiteras debieron buscar la materia prima en el extranjero.

Esto generó en primer medida que las importaciones de soja de la Argentina, uno de los principales tres productores a nivel mundial, sean un récord histórico.

Como se puede observar en el gráfico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), durante los primeros cinco meses de esta campaña se importó más de 6,4 millones de toneladas, cuando el máximo registrado para el mismo período había sido en la campaña 2020/21 con 2,9 millones de toneladas.

Molienda de soja

A pesar del volumen récord de importaciones, la molienda de soja en los primeros cinco meses del ciclo vigente se registra como la más baja desde 2004/05.

En este contexto, «resulta interesante analizar la capacidad actual de molienda de nuestro país y la capacidad ociosa que estos magros volúmenes de crush dejarían. Según estimaciones propias, la capacidad teórica de molienda de oleaginosas de la industria aceitera en Argentina totalizaría 67,5 Mt anuales en plantas activas, en tanto el crush de soja alcanzaría tan sólo 25,6 Mt en la campaña 2022/23. Consecuentemente, se estima que la capacidad ociosa de la industria para la campaña actual ascendería a 62%», señaló el informe de la Bolsa.