Luego de alzar la Copa del Mundo, volver a Argentina y festejar con la gente desde el colectivo, finalmente Lionel Messi pudo volver a casa. El capitán de la selección nacional fue recibido por Gabriel Heinze, técnico de Newell’s Old Boys y excompañero de equipo en los mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, en el barrio Kentucky, de la ciudad de Funes, a 15 kilómetros de Rosario. Los dos viven ahí.
El viaje lo realizó con su compañero Ángel Di María. Ellos llegaron el martes al Aeropuerto Islas Malvinas, de Rosario, y fueron llevados en helicóptero hasta su barrio. Allí, los esperaban el exjugador de Central y la selección Cristián «Kily» González, Heinze e incluso Maximiliano Rodríguez, el autor de ese inolvidable golazo contra México.
El encuentro entre Messi y Heinze alimentó las ilusiones que tienen los hinchas de Newell’s de que el crack decida terminar su carrera en club del Parque de la Independencia de Rosario, volviendo a la ciudad donde se formó.
La llegada de Messi a su barrio estuvo marcada, una vez más, por lo multitudinario de la recepción. Le costaba avanzar al auto que llevaba al capitán a su vivienda, luego de más de un mes de estar en Qatar, a descansar, campeón del mundo, con su familia.