Los pacientes que atraviesan un ACV podrían perder la adicción al tabaco

Un estudio científico llegó a una conclusión que podría mejorar sustancialmente los tratamientos para dejar adicciones como las del tabaco. Tras realizar el seguimiento de varios pacientes que sufrieron un ACV, se comprobó que inmediatamente dejaban de fumar.

La investigación de Estados Unidos y Finlandia, publicada en Nature Medicen, mostró que luego de la alteración que un ACV implica en los circuitos cerebrales, se vieron afectadas las zonas que intervienen en la adicción particularmente al tabaco.

Las personas estudiadas fumaban un promedio de 23,1 cigarrillos al día, luego del ictus lo dejaron sin ningún problema. De ellas, la cuarta parte dejó de fumar desde el primer día luego del accidente cerebrovascular.

Las personas estudiadas fumaban un promedio de 23,1 cigarrillos al día, luego del ictus lo dejaron sin ningún problema.

El porcentaje no es total porque, según sugieren la evidencia el ACV, no se produce siempre en la misma región cerebral ni afecta al mismo circuito de conexiones cerebrales. Aquellas lesiones en la corteza insular y el giro cingulado alteran el circuito que interviene en la adicción a la nicotina y en otros casos este efecto deseable no ocurre.

También parece afectar otras adicciones como al alcohol. Al igual que ocurría con muchos veteranos de la Guerra de Vietnam que tenían menos riesgo de caer en alcoholismo tenían lesiones cerebrales en esos mismos circuitos. Aún falta información para determinar si ocurre lo mismo en casos de cocaína, heroína o la ludopatía.

Actualmente en Estados Unidos se utiliza la estimulación magnética transcraneal (EMT) para intervenir en ciertos circuitos que afectan la depresión y otros trastornos como los alimentarios. Esta técnica podría ser usada en adicciones si se avanza en este sentido. El cerebro es un órgano extremadamente complejo, aún falta profundizar en varias incógnitas y posibles inconvenientes de este tratamiento, pero las primeras conclusiones son prometedoras.