Un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) marcó que, entre 2010 y 2020, el área destinada a la fruticultura retrocedió un 25%, mientras que los campos de fracking crecineron un 180%.
Un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) marcó que, entre 2010 y 2020, el área destinada a la fruticultura retrocedió un 25%, mientras que los campos de fracking crecineron un 180%.
Temperaturas bajo cero en toda la región núcleo permitieron la irrupción de este fenómeno, que secó los campos y permitió el ingreso de las maquinarias para que finalicen las labores de implantación.