A fines del 2024, Netflix comenzó a indagar en un nuevo negocio: la transmisión de deportes en vivo. Ahora, la plataforma de streaming, que fue pionera en cuanto a series y películas, se vio superada en el rubro de las transmisiones en vivo, por lo que hará una fuerte apuesta para involucrarse de lleno en esta competencia millonaria.
Netflix transmitió por primera vez un deporte en vivo en ocasión de la “pelea de celebridades” entre el influencer Jake Paul y la leyenda del boxeo Mike Tyson. En la noche de Navidad, la plataforma hizo otra transmisión en vivo de dos de los partidos de la NFL, con intervalo musical de Beyoncé incluido. También hubo un evento de golf en vivo.
A pesar de que en algunos de esos antecedentes tuvieron ciertos inconvenientes técnicos, Netflix tiene grandes ambiciones para la transmisión de eventos deportivos en vivo. Para empezar, el fútbol americano seguirá siendo parte de la oferta navideña durante por lo menos dos años más. También, partir del 6 de enero, el exitosísimo programa de lucha profesional “Raw”, producido por World Wrestling Entertainment (WWE), dejó de emitirse por televisión convencional y pasó a ocupar un lugar en la grilla de la plataforma.
Fútbol en Netflix: el proyecto que se viene

Netflix también se quedó con los derechos de transmisión en Estados Unidos de las dos próximas ediciones de la Copa Mundial Femenina de la FIFA. Cabe recordar que hasta no hace mucho tiempo la empresa se negaba a meterse en este negocio porque los derechos de transmisión son caros: por la emisión de los partidos de Navidad de este año, la NFL le cobró a Netflix US$75 millones por partido, y el contrato a diez años con WWE le costó US$5000 millones.

A estas cuestiones, se suman los desafíos técnicos y logísticos: manejar semejante masa de telespectadores al mismo tiempo es un verdadero dolor de cabeza para un servicio de streaming, pensado para una teleaudiencia fragmentada. Sin embargo, los grandes eventos deportivos dan prestigio y algo mucho más importante todavía: atraen a la plataforma a nuevos suscriptores.
Con todas sus falencias y contratiempos, la pelea Jake Paul versus Mike Tyson no solo rompió récords de audiencia, también generó 1,4 millones de nuevas subscripciones. Además, en los deportes en vivo hay mucho tiempo libre antes y después de los partidos, situación perfecta para la colocación de pauta y avisos publicitarios, una lucrativa fuente de ganancias.
