El discurso que el presidente Javier Milei dio en el Foro Económico Mundial realizado en la ciudad suiza de Davos no deja de cosechar reacciones detractoras. A días de una manifestación "antifascista" que tendrá lugar el próximo fin de semana, y que se presume tendrá una importante convocatoria, fue un referente de las iglesias evangélicas quien apuntó contra los dichos del mandatario nacional.
"En sus distintas intervenciones públicas, pero especialmente en sus declaraciones, discursos y posteos de los últimos días, Ud. ha vertido expresiones agresivas, insultos y amenazas diversas sobre diferentes personas o grupos. (...) Mi preocupación es por las condiciones morales y el efecto que tienen sobre nuestro pueblo", escribió el pastor evangélico metodista Néstor Míguez en una carta abierta destinada a Milei.
Míguez, quien además de pastor es teólogo ecuménico, ex presidente de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) y presidente honorario de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH); manifestó en su carta que su teología "se afirma en el cuidado de la creación y la justicia, fraternidad y liberación humana", pero advierte que su entendimiento de la libertad es diferente del que tiene Milei.
En su carta al Presidente, Míguez explica que durante sus más de 50 años de carrera ha acompañado a los sectores más pobres y necesitados, a exilados, refugiados y migrantes, así como a luchas de los pueblos originarios: "Sostengo la necesidad de una distribución más igualitaria de los bienes que Dios ha dispuesto para la vida de todos los seres humanos, la dignidad de todos y todas, independientemente de sus situaciones y opciones de vida. Por eso sostengo que es necesaria la justicia social, y que haya leyes que regulen la actividad económica y el uso de la propiedad. Defiendo la posibilidad del acceso a la salud y a la educación en todos sus niveles".
"Por todo ello supongo que, dentro de la división maquiavélica que Ud. hace de nuestra humanidad, aunque nunca milité en ningún partido político marxista, caería dentro de la categoría ‘zurdo’. Pero no creo que por ello merezca ser agredido, insultado, amenazado, ni yo, ni quienes comparten conmigo estas opciones de vida, ni nuestras madres. Aquí estoy. No necesita ir a buscarme a ningún lado. Y no estoy temblando, aunque sí muy dolido e indignado porque mi presidente constitucional nos agrede y amenaza con expresiones similares a las de los dictadores y genocidas", desafió el referente de las iglesias evangélicas.
Y siguió: "Aquí estoy. Dispuesto a explicarle, como teólogo, sin agravios ni chicanas, porque sus actitudes y medidas no pueden reclamar ‘las fuerzas del cielo’, ya que se alejan y contradicen muchas de las enseñanzas de Moisés y los profetas de Israel, y sobre todo del Evangelio de Jesucristo (aunque algunos autopercibidos ‘evangélicos’ ignoren sus propias doctrinas para conseguir migajas de poder).
"Como dije, me preocupan las consecuencias morales de los dichos y actitudes suyas y de algunos de sus seguidores. Siembran odio, prejuicio, discriminación. Siembran el peor de los males que puede afectar a un pueblo: la falta de empatía, la enemistad y el desamor, que finalmente terminan por destruir la justicia y la libertad", cerró Néstor Míguez.