Un hombre que tenía pedido de captura fue a ver el amistoso entre River y la selección de México en el estadio Monumental y terminó preso. Era buscado desde 2020, cuando fue denunciado junto con otros tres imputados por el secuestro extorsivo de dos chicas de 14 y 15 años en Lanús, a las que acusaban por el presunto robo de un celular.
El joven, identificado como Braian Daniel M.,en ese momento tenía 21 años. De acuerdo a los testimonios recabados en la causa, una vez que las tuvieron cautivas les exigieron a sus familiares dinero y un teléfono nuevo. La amenazaba era que si no cumplían, las iba a matar. También las sometieron a agresiones físicas y psicológicas.
Casi cinco años después, el joven, apodado "Pelaje", llegó ayer a los anillos de seguridad del Monumental como un hincha de River más, dispuesto a ver a su equipo frente a México. Llevaba una chomba roja de River y bermuda de jean. Tenía la convicción de que iba a pasar inadvertido y que llegaría hasta el estadio. Quizás no recordaba que tenía un pedido de captura nacional e internacional vigente. O pensó que iba a zafar.
La cuestión es que en uno de los controles le pidieron su DNI, y ahí fue cuando su nombre saltó en el listado de Tribuna Segura. Había sido incluido cuando el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal 2 de Lomas de Zamora solicitó su captura y el pedido al Sistema de Identificación Policial (SIFCOP). Inmediatamente fue detenido por la Policía de la Ciudad y quedó a disposición de la Justicia.
El caso (no es la primera vez que ocurre) hace recordar auna de las secuencias más recordadas de la película El secreto de sus ojos, en la que un asesino que lleva años prófugo es encontrado en la cancha de Huracán porque había ido a ver a Racing, el equipo del que es hincha. "Está estudiado: ninguna persona cambia sus pasiones", posteó la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, al difundir la detención.
La frase de la funcionaria alude tácitamente al discurso del personaje que interpreta Guillermo Francella en la película de José Luis Campanella que ganó el Oscar en 2010. "El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios…pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión…", dice, en una línea de diálogo que dispara la idea de montar un operativo en la cancha para atraparla.