En febrero de 2025, los jubilados y pensionados de ANSES recibirán sus haberes ajustados por la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, que se basa en la inflación medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
Este cambio, implementado mediante un decreto de necesidad y urgencia en abril de 2024, ha modificado la frecuencia de los ajustes, pasando de ser trimestrales a mensuales, con el objetivo de que los haberes mantengan su poder adquisitivo frente a la inflación.
ANSES hoy: ¿Cuál será la jubilación mínima de febrero?
El aumento correspondiente a la inflación de diciembre de 2024, del 2,7%, impactará en los haberes de febrero de 2025, fijando la jubilación mínima en $273.086,50.
A esta cifra se le suma el bono extraordinario de $70.000, un beneficio que continúa desde marzo de 2024, lo que eleva el monto total de la jubilación mínima a $343.086,50. Este bono está destinado a compensar la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados con ingresos más bajos, pero ha sufrido una pérdida significativa en términos reales debido a la inflación acumulada.

Con el nuevo sistema de movilidad mensual, las jubilaciones mínimas experimentaron un aumento interanual del 27,6% en términos reales en comparación con febrero de 2024. En ese momento, los haberes no habían sido ajustados durante los primeros dos meses del año, lo que generó una caída histórica en el poder adquisitivo. Sin embargo, desde la implementación de la fórmula de movilidad mensual en abril de 2024, los haberes han mostrado una recuperación gradual.
Pese a esta mejora, las jubilaciones mínimas en febrero de 2025 aún se encuentran un 3,8% por debajo de los valores de noviembre de 2023, el último mes completo de la gestión del Frente de Todos. Esto refleja el impacto de la inflación en los ingresos de los jubilados a lo largo del tiempo.
ANSES: ¿Qué se sabe del bono extraordinario?
El bono de $70.000 se mantiene fijo desde su implementación en marzo de 2024 y es percibido por los jubilados que cobran la jubilación mínima. Aquellos cuyos ingresos se encuentren por debajo de los $343.086,50 (jubilación mínima más bono) reciben una compensación parcial para alcanzar ese monto. Por ejemplo, un jubilado que percibe $300.000 recibe un bono de $43.086,50.

Si bien este bono ha sido clave para sostener el poder adquisitivo de los jubilados, su valor ha perdido un 33,6% en términos reales debido a la inflación acumulada desde su introducción.
ANSES hoy: cuál es la comparación entre jubilaciones mínimas y superiores
Las jubilaciones mínimas, con bono, han experimentado un aumento interanual del 27,6%, pero las jubilaciones superiores a la mínima han tenido un desempeño aún mejor, con un incremento del 54,46% interanual. Esto se debe a que los jubilados con haberes más altos no reciben el bono extraordinario, lo que les ha permitido mantener el valor real de sus ingresos sin los efectos del congelamiento de este beneficio.
La nueva fórmula de movilidad, que entró en vigor en abril de 2024, reemplazó el sistema anterior basado en aumentos trimestrales. Ahora, los ajustes se realizan mensualmente, con un rezago de dos meses respecto al registro de inflación. Por ejemplo, la inflación de diciembre de 2024, que fue del 2,7%, se aplicará a los haberes de febrero de 2025.
Montos exactos de las prestaciones de ANSES en febrero de 2025
La actualización mensual no solo afecta a la jubilación mínima, sino a todas las prestaciones administradas por ANSES. Estos son los montos previstos para febrero de 2025:
- Jubilación mínima: $273.086,50 más bono de $70.000, totalizando $343.086,50.
- Jubilación máxima: $1.837.613,62.
- Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM): $218.469,20 más bono de $70.000, totalizando $288.469,20.
- Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez o vejez: $191.160,55 más bono de $70.000, alcanzando $261.160,55.
El nuevo esquema de movilidad jubilatoria de ANSES tuvo un impacto positivo en los haberes, ya que los ajustes mensuales permiten que los jubilados y pensionados mantengan mejor su poder adquisitivo en un contexto de alta inflación. Sin embargo, el retraso de dos meses en la aplicación del ajuste sigue siendo un desafío, especialmente en períodos de alta volatilidad económica.