El matrimonio cordobés compuesto por Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini hizo historia al quedarse con la categoría Challenger del Rally Dakar 2025, llevando a Argentina a sumar su undécimo título en la carrera más dura del mundo.
La pareja llegó como candidata firme después de un 2024 impresionante: Cavigliasso había sido subcampeón mundial de Rally Raid y Pertegarini, campeona entre los navegantes. Con un Taurus T3 Max del equipo BBR, diseñaron una estrategia basada en meterle ritmo fuerte durante la primera semana de carrera. Y funcionó: con tres victorias en etapas (1, 3 y 4), cerraron ese tramo inicial con 29 minutos de ventaja sobre su principal rival, el portugués Gonçalo Guerreiro.
La segunda semana en el Rally Dakar fue más conservadora para los argentinos, cuidando el auto y asegurando las posiciones. Pero el momento clave llegó en el anteúltimo parcial, cuando los problemas mecánicos de Guerreiro dejaron todo servido para los cordobeses. Pero priorizando también el fair play, incluso ayudaron a su rival con agua para su radiador.

La gloria en el Rally Dakar, otra vez para Argentina
Ya en los últimos 62 kilómetros cronometrados en el Empty Quarter, el segundo desierto más grande del mundo, el matrimonio cordobés mantuvo la calma y cruzó la meta en Shubaytah, cumpliendo el sueño de toda una vida. "Esto fue fruto del esfuerzo de todo el año. Esta vez entrenamos como nunca, y acá están los resultados", aseveró Nicolás Cavigliasso.
Por su parte, Valentina Pertegarini destacó lo clave que fue competir todo el Campeonato Mundial en 2024. "Nos dio el rodaje que nos faltaba. Mejoré mucho en la navegación, y eso fue determinante en este Dakar".

Una nueva página en la historia del Dakar argentino
Con esta victoria, Cavigliasso se suma a la élite, logrando su segundo título tras el obtenido en 2019. Además, amplía el glorioso historial argentino, que incluye a los hermanos Patronelli, Manuel Andújar y Kevin Benavides. "Siempre supimos que podíamos hacerlo", había afirmado Valentina antes del Rally Dakar. Y no se equivocó.