La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a través de su Cámara Arbitral de Cereales (CAC), presentó un informe detallado sobre la calidad del trigo correspondiente a la campaña 2024/25.
Este relevamiento, realizado en el marco de Trigo Argentino, elaborado a partir de muestras representativas provenientes de diferentes puntos la subregión II norte, pone de manifiesto los principales parámetros que determinan la calidad del cereal y de los productos derivados, como las harinas.
Por primera vez, "la información recopilada y analizada está disponible en tiempo real, marcando un avance significativo en la manera de comunicar los resultados al sector", destacaron durante la presentación de los resultados. Esto resultados permite a productores, exportadores y demás actores de la cadena agroindustrial acceder a datos clave en el momento justo, fortaleciendo la toma de decisiones.
El relevamiento abarcó un muestreo de 184.000 toneladas de trigo y Lucas Ficosecco, presidente de la CAC, destacó la importancia de este trabajo colectivo y agradeció especialmente a las instituciones y personas involucradas en el proceso: "Estos resultados son fruto de un esfuerzo conjunto que refuerza el compromiso con la transparencia y el desarrollo del sector agroindustrial".
Calidad del trigo en detalle
Entre los principales parámetros evaluados, se destacan el peso hectolítrico, con un promedio de 79,07 kg/hl, ligeramente superior a la media histórica de 78,80 kg/hl, y el peso de mil granos, que alcanzó uno de los valores más altos registrados, con 36,99 gramos.
En cuanto al contenido de proteínas, se determinó un promedio del 12,5%, también por encima del promedio histórico del 12%. Este nivel de proteína es comparable con campañas recientes, como la 2022/23, y refuerza la calidad del trigo producido en esta temporada. Además, los análisis de Falling Number arrojaron un valor promedio de 377 segundos, un indicador positivo que refleja la ausencia de problemas como granos brotados.

En lo que respecta a las harinas, el estudio mostró resultados sólidos en parámetros relacionados con la panificación. El índice W, que mide el trabajo panadero, alcanzó un promedio de 324, superando ampliamente la media histórica de 270. Por su parte, la estabilidad, medida mediante el farinógrafo, llegó a 25,4 minutos, muy por encima del promedio histórico de 17,2 minutos. Estos valores confirman que las harinas obtenidas son equilibradas y aptas para un amasado consistente, consolidando la calidad del trigo argentino en la actual campaña.
Por el lado del consumo doméstico, hasta la fecha se llevan compradas 6,6 millones de toneladas, lo que representa el 34% de la producción estimada, un porcentaje menor al promedio histórico del 52% en esta etapa de la campaña. Esto deja un saldo de alrededor de 11 millones de toneladas por comercializar, tanto para exportación como para molinería, configurando un escenario de oportunidades comerciales en los próximos meses.