El panorama social en la Ciudad de Buenos Aires es alarmante. En el tercer trimestre de 2024, la pobreza alcanzó al 28,1% de los habitantes, lo que equivale a casi 900 mil personas. De ese total, 341 mil (11%) se encuentran en situación de indigencia, según el informe de la Dirección General de Estadística y Censos porteña.
Comparado con el mismo período de 2023, las cifras subieron notablemente. El anteaño pasado, la pobreza en la Ciudad estaba en 15,8%, mientras que la indigencia afectaba al 10,1%. En este sentido, el dato del último trimestre del 2024 es el más alto desde que empezó a medirse en 2015.
“El aumento de ingresos no alcanza para cubrir el salto en los precios. Esto impacta en el acceso a las canastas básicas y achica el peso de los sectores acomodados y medios", remarcaron desde el organismo.
Casi el 28,1% de los habitantes de la Ciudad están debajo de la línea de la pobreza.
¿Quiénes son los más afectados por la pobreza en la Ciudad?
El informe detalla que hay sectores particularmente golpeados:
Zona Sur: en los barrios del sur de la Ciudad, la pobreza trepa al 35%.
Hogares con menores de 14 años: la cifra escala al 35,6%.
Mujeres jefas de hogar: en los hogares liderados por mujeres, la incidencia es del 26%, frente al 22,9% en los encabezados por varones.
Adultos mayores: aunque con menor incidencia, un 16,7% de los hogares con adultos mayores también está en situación de pobreza.
Clases medias y acomodadas, en retroceso
El informe también muestra un retroceso de los sectores medios y altos: la clase media representa ahora al 46,1% de la población porteña, la cifra más baja desde 2015 (junto con el 2020, en plena pandemia). Mientras que, los sectores "acomodados" caen al 8,1% de los hogares y al 6,4% de las personas.
En comparación con el trimestre anterior, hubo una leve mejora: la pobreza en hogares bajó 4,3 puntos porcentuales, mientras que en personas disminuyó4 puntos porcentuales. Sin embargo, estas cifras siguen reflejando un panorama complejo.
El debate sobre qué hacer con los pesos sigue siendo una preocupación constante para los ahorristas argentinos, por eso muchos se vuelcan al plazo fijo.