El 2025 arrancó complicado para el campo argentino. La caída de los precios internacionales sumado al aumento de los costos puso en riesgo las finanzas de las empresas agropecuarias, así como también el margen de los productores.
En este sentido, el reclamo por la baja o eliminación de las retenciones se hizo escuchar en voz de la dirigencia agropecuaria y también en los gobernadores del centro del país.
El principal problema es que el precio de la soja está mínimos históricos. En diciembre, el precio de la soja promedió 361 dólares por tonelada en Chicago, un 27% por debajo del promedio 2002-2023.
Además, en el mercado local, el poder adquisitivo cayó casi un 30% frente a la media de las últimas dos décadas, alcanzando valores históricamente bajos.
El campo entre las cuerdas
Un reciente informe de la Fundación Mediterránea copara los precios que recibe el productor brasileño por su soja, con los de la Argentina por el mismo productos y, teniendo en cuenta, los Derechos de Exportación (DEX) que se pagan en nuestro país.
Para el caso de la Argentina, la soja cotizó a $301.000 por tonelada en diciembre (precio FAS Rosario). "Ajustando la serie por inflación (a valores constantes de dic-24), el poder adquisitivo de la oleaginosa viene cayendo desde mediados de 2023 y se ubica casi 30% por debajo de la media del período 2002 – 2023 ($430.000 por tonelada). Entre estos años, el precio del grano sólo estuvo por debajo de los valores actuales en algunos pocos meses de los años 2015 y 2017", detalla la Fundación.
En el caso de Brasil, los precios locales se asemejan en gran medida al valor de los de Chicago, mercado de referencia mundial para los commodities agrícolas.
"A dólares de hoy, entre los años 2002 y 2023 un productor de Brasil recibió en promedio 148 dólares más por cada tonelada de soja que produjo y comercializó, respecto de un productor de Argentina; en términos porcentuales, un productor del país vecino recibió en promedio un 40% más de precio para la oleaginosa que uno local en este período", remarca la Fundación.
Y no menos importante es el dato que el valor consolidado de la cosecha de soja y maíz aún no comercializada al mes de diciembre es uno de los más altos de los últimos años y de hecho es el cuarto más alto de los últimos 19 ciclos agrícolas.