El Gobierno cuestionó las imágenes del gendarme detenido Nahuel Gallo que difundió el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Fernando Soto, director nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, afirmó que se trata de una "puesta en escena", mientras que la titular de la cartera, Patricia Bullrich, habló de “una pantomima del régimen”.
Tras recibir muchas presiones, el gobierno de Venezuela aceptó el pedido de la familia de Gallo de dar una “fe de vida” o prueba de vida del gendarme, de quien aseguraron que se encuentra “bien de salud”. Sin embargo los funcionarios argentinos descreen de la veracidad de las imágenes. “No aceptamos ningún juego de una aparición, de una foto, que aparece en un lugar desconocido, caminando, sin sonido y sin fecha”, dijo Bullrich.
Y agregó: “Lo único que Argentina acepta es que sea puesto en un avión y enviado al país. No existe una condición de mostrar que lo tienen bien, como si fuese un régimen normal, esto es una dictadura y las dictaduras hacen estas cosas, dan pruebas de vida”.
En el video, el hombre aparece caminando junto a otros dos detenidos por un patio con gradas sin identificar, vestido con un conjunto celeste y en aparente buen estado de salud. La pareja de Gallo, María Alexandra Gómez, quien lo esperaba en Caracas cuando fue secuestrado, confirmó que el hombre de las imágenes es él.
Por su parte, Soto afirmó que “este video no es oficial. No están informando dónde está detenido”, y trazó un paralelismo con los desaparecidos en la última dictadura militar argentina: “Es una desaparición. (Jorge Rafael) Videla decía ‘Están detenidos’. No decían dónde, ni por qué”.
En este sentido, agregó que “es una desaparición forzada, un delito de lesa humanidad, por eso la denuncia” que presentó el gobierno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): “Hay convenios internacionales que establecen que un Estado tiene derecho a tomar contacto con un nacional detenido en el extranjero, con la familia y tener un diálogo personal o telemático. Nunca lo permitieron. Lo detuvieron porque lo quisieron detener. Entró legalmente en Venezuela. Esto es una violación de todos los derechos”.
Para el Gobierno de Venezuela, el gendarme es un servicio infiltrado que llegó al país para “realizar tareas de espionaje, sabotaje y terrorismo”. Lo cierto es que Gallo tenía la habilitación de sus autoridades para viajar a Venezuela con fines vacacionales, para reencontrarse con su pareja y su hijo.