Durante Navidad y Año Nuevo es común que después del festín de ensalada rusa, vitel toné, pionono y más, queden sobras sobre la mesa mientras las familias siguen celebrando. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta cuánto tiempo pueden permanecer esos alimentos fuera de la heladera sin que se conviertan en un riesgo para la salud y conserven su sabor y textura.
Con el calor del verano y las altas temperaturas propias de estas fechas, es necesario ser especialmente cuidadosos con la conservación de los alimentos. Las bacterias se desarrollan mucho más rápido en temperaturas cálidas, y en esta época, el riesgo de contaminación por microbios aumenta considerablemente. A continuación, te contamos cuánto tiempo puede durar la comida fuera de la heladera, dependiendo de su tipo, y qué precauciones tomar para que no se echen a perder las tan codiciadas sobras.
La regla de oro: no más de una hora a temperatura ambiente
En verano, las sobras no deben permanecer fuera de la heladera más de una hora. Esto es clave, ya que el rango de temperatura peligrosa, entre los 4°C y 65°C, es ideal para el crecimiento de microorganismos, y las cocinas suelen estar dentro de este rango. Por lo tanto, es crucial guardar las sobras en la heladera lo antes posible, pero sin ponerlas aún muy calientes, ya que esto puede dañar el funcionamiento del electrodoméstico y afectar la calidad de otros alimentos.

Alimentos que requieren más cuidado: lácteos, carnes y huevo
Lácteos y carnes
Los alimentos que contienen lácteos o proteínas animales (como las carnes cocidas) son especialmente sensibles a la contaminación bacteriana. A medida que estos alimentos se mantienen a temperatura ambiente, las bacterias como Salmonella, E. Coli o Listeria pueden proliferar rápidamente.
Cómo guardan las sobras de carne o lácteos para que continúen siendo alimentos seguros:
- Carnes: las carnes cocidas, especialmente las rojas o las de ave, pueden desarrollar bacterias rápidamente si no se refrigeran en tiempo. Es recomendable no dejarlas más de una hora fuera de la heladera y siempre asegurarse de que se congelen o almacenen en recipientes herméticos en el refrigerador. Además, es importante recalentar las sobras a una temperatura de 75°C o más antes de consumirlas nuevamente.
- Lácteos: alimentos como la mayonesa, el queso o cualquier tipo de salsa con base láctea también requieren especial cuidado. Las temperaturas elevadas aceleran su deterioro y pueden hacer que se desarrollen bacterias causantes de intoxicaciones. Como recomendación, estos alimentos deben ser consumidos dentro de las primeras horas después de ser servidos, y no deben permanecer fuera de la heladera más de una hora.

Recetas con huevo crudo: cuidado
En cuanto a las recetas que contienen huevo crudo, como la mayonesa casera, o las tortillas babé, es mejor evitarlas como sobras. El huevo es un alimento con mayor predisposición a albergar Salmonella, una bacteria que puede causar intoxicaciones alimentarias graves, sobre todo en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como niños pequeños, embarazadas, ancianos o personas inmunodeprimidas.
Si se preparan platos con huevo crudo, lo ideal es consumirlos al momento, sin guardar las sobras, ya que al no cocinarse a temperaturas superiores a 75°C, las bacterias pueden sobrevivir. Este tipo de platos no debe mantenerse a temperatura ambiente por más de una hora, y si se van a guardar, es preferible hacerlo en recipientes herméticos dentro de la heladera.

Verduras y frutas: atención a la contaminación cruzada
Por otro lado, las verduras y frutas, aunque son menos propensas a la contaminación bacteriana, también deben ser tratadas con cautela. Las ensaladas, por ejemplo, pueden ser vulnerables a la contaminación cruzada, especialmente si entran en contacto con carnes crudas o jugos de alimentos ya contaminados.
Cómo conservar las verduras y frutas:
- Verduras: Las ensaladas con mayonesa o aderezos cremosos deben refrigerarse de inmediato. Si no contienen salsas o aderezos lácteos, pueden mantenerse un poco más de tiempo fuera, pero lo ideal es que no pasen más de dos horas fuera del frío. Siempre es importante asegurarse de que las verduras estén bien lavadas antes de ser consumidas.
- Frutas: En el caso de las frutas, especialmente aquellas que forman parte de ensaladas o postres, también deben refrigerarse cuanto antes. Las frutas no suelen descomponerse tan rápido como los lácteos o carnes, pero es mejor evitar que estén fuera de la heladera más de una o dos horas.
Algunas recomendaciones adicionales para conservar las sobras de manera adecuada son:
- Recipientes herméticos: Utilizar recipientes bien sellados ayuda a mantener la frescura de los alimentos y evitar que se mezclen olores o se contaminen con otros productos.
- No guardar comida caliente: Aunque es tentador meter las sobras directamente en la heladera, es mejor esperar a que se enfríen un poco antes de guardarlas, pero sin exceder las dos horas a temperatura ambiente.
- Etiquetas: Para llevar un control adecuado, es recomendable etiquetar los recipientes con la fecha de preparación. Esto te permitirá saber cuánto tiempo llevan almacenados y evitar consumirlos después de mucho tiempo.
- Repartir en porciones más pequeñas: Si querés que las sobras se enfríen más rápido, podés repartirlas en porciones más pequeñas en varios recipientes. Así, los alimentos alcanzan rápidamente la temperatura segura y el riesgo de contaminación disminuye.
La regla más importante, sin embargo, es, ante la duda, tirar el alimento que generó alarma.