Después del brindis, las uvas y las luces del 31, el 1º de enero en Buenos Aires se transforma en un día de pausa. La Ciudad amanece en calma, con pocas actividades funcionando y la mayoría de los locales cerrados.
Sin embargo, para quienes se quedaron en casa, ya sea porque trabajan al día siguiente o porque las vacaciones arrancan más tarde, hay varias opciones para salir a respirar aire fresco y disfrutar de una Buenos Aires más tranquila. Acá te dejamos cinco ideas para pasear sin gastar demasiado.
Este 1º de enero, mientras la Ciudad sigue descansando, vos podés aprovechar para reconectar con sus rincones más tranquilos.

Bosques de Palermo: picnic en el Rosedal
El clásico pulmón verde porteño, oficialmente llamado Parque Tres de Febrero, es ideal para empezar el año con un respiro. Desde caminar entre los senderos arbolados y rodear alguno de sus lagos —como el del Rosedal o el del Planetario— hasta preparar un picnic con las sobras del 31, todo se siente más relajado en Palermo.

Puerto Madero y Costanera Sur
El barrio más moderno de la Ciudad invita a caminar por sus amplias veredas, cruzar el Puente de la Mujer y sacarse fotos con los icónicos diques de fondo. Muy cerca, la Costanera Sur promete un poco de aire fresco con vistas al Río de la Plata. La Fuente de las Nereidas, una obra de arte en sí misma, siempre vale una visita.
Para quienes quieren sumar un toque gourmet, el restaurante Kansas (Avenida del Libertador 4625) suele abrir después del mediodía.
Costanera Norte: río, aviones y parrillas
Otra opción junto al río es recorrer la renovada Costanera Rafael Obligado, un paseo pensado para caminar, andar en bicicleta o simplemente contemplar los aviones que despegan y aterrizan en Aeroparque. En la explanada del Monumento a Cristóbal Colón, se obtienen fotos espectaculares. ¿Un clásico? Los choripanes, que no faltan ni en feriado.
Tigre: escapada express al río
A solo media hora de viaje (ya sea en auto, tren o colectivo, que operan con horarios de feriado), el Tigre siempre es un buen plan. El Paseo Victorica, bordeando el río Luján, ofrece un entorno tranquilo para recuperarse del festejo nocturno. Si te tienta sentarte a tomar algo, bares como María Luján (Victorica 509) suelen abrir por la tarde.

San Isidro: historia y vistas al río
Un poco más allá, el centro histórico de San Isidro es perfecto para quienes disfrutan de la arquitectura y los paseos culturales. Desde la Catedral de estilo neogótico hasta la Quinta de los Ombúes, el recorrido combina historia y paisajes. Para cerrar la jornada, el Espigón de Pacheco y los parques de la Ribera ofrecen una postal inigualable. Si buscás dónde comer, Joe’s Grill (Fondo de la Legua 340) es una apuesta segura.