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Sociedad

Carta de un padre a 20 años de Cromañón: la lucha de sobrevivientes y familiares en medio del dolor

Raúl Morales perdió a su hija en Cromañón. A 20 años, escribió un texto donde traza la línea de la lucha que mantienen familiares y sobrevivientes.
Cromañón

El 30 de diciembre de 2004 quedó marcado como la noche más oscura del rock nacional. El incendio del boliche República de Cromañón es la "tragedia" más dolorosa en la historia de nuestro país, dejando 194 muertos y cerca de 1500 heridos. En su mayoría, fueron jovenes y adolescentes. Una de ellas fue Sofía Morales, quien perdió la vida con solo 17 años. Su padre, Raúl, escribió el siguiente texto, donde traza la línea de la lucha que los familiares de las víctimas y los sobrevivientes mantienen hace 20 años, y cómo sigue de cara al futuro.

Cromañón: el tablero de lucha en diciembre 2024

Antes, veníamos bien. Jugando con fichas completas. Lindas, alegres. Saltando y cantando. Disfrutando del juego de la vida, con una sola meta: la felicidad. Hasta que inesperadamente un 30 de diciembre de 2004 cayó una cortina metálica, muy pesada, que como una guillotina partió el tablero en dos.

El golpe fue tan fuerte que todas las fichas saltaron y algunas cayeron en el hoyo del miedo y la incomprensión. Otras no se pudieron recuperar. Otras, se perdieron para siempre. Las que quedaron, los que quedamos, nos ahogábamos en un manto de oscuridad, con olores nauseabundos y sin poder ver nada. NADA. Se nos paralizó la vida.

El tablero tomó otro color, otra forma, otro sentido. Y el juego por la felicidad se transformó en lucha por búsqueda de respuestas. Cuando la niebla se despejó, en el horizonte pudimos divisar que no había un cartel de llegada. La meta decía: MEMORIA – VERDAD – JUSTICIA. Pero no teníamos poderes para poder afrontar los escollos y los obstáculos que se nos iban a presentar. Gente amiga, conocida y desconocida, compañera de la empatía y la solidaridad, se nos fueron acercando mientras, como podíamos, avanzábamos casi sin conocer el rumbo a seguir.

Esa gente, sumada a nuestros familiares, nos pidieron que llevemos una mochila para afrontar lo que podía aparecer. Dentro, nos llenaron de fuerzas, fe, esperanza, palabras y lucha. Un paracaídas, una soga y un megáfono. Poderes que iban a contrarrestar la maldad, la mentira, la hipocresía, el engaño de nuestros contrincantes, que tenían poderes mucho mas terribles, a simple vista. Nos menospreciaron y difamaron con mentiras (la guardería incomprensible, todos borrachos, todos drogadictos, descabezados).

Pero conocíamos la verdad, y nuestras fichas se fueron acomodando mejor en el tablero, consiguiendo sortear los difíciles y continuos obstáculos que se nos presentaban en el recorrido. Pudimos construir puentes para sortearlos. Contábamos con el megáfono para gritar nuestra verdad y sentimientos. Usábamos el paracaídas para cuando caíamos en el abismo de la incomprensión y la soledad. Teníamos la soga para rescatar a nuestra ficha compañera, utilizando el poder de la solidaridad que brinda la lucha genuina y sincera.

Las fichas negras de nuestros adversarios, que representaban a algunos políticos, secretarios, directores, empresarios, policías, medios de comunicación mal intencionados, empezaron a ver que no podían con nuestros crecientes poderes. Los que pensaban que en cuatro meses la sociedad se olvidaría de lo que pasó, empezaron a perder fichas y a debilitarse.

Empezábamos a vislumbrar que estábamos más cerca de la meta. La lucha emprendida no era para llegar primero, sino para seguir, para avanzar, demostrar que estábamos en busca de la verdad, para conocer a los verdaderos responsables de semejante masacre.

Cayó primero la ficha del Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, que titubeando no podía responder coherentemente a las dudas planteadas sobre su cuidado a los ciudadanos. Y con su “me hago cargo”, salió del tablero con responsabilidades políticas, pero no jurídicas. ¿Sería ese el pacto? El reglamento no lo admitía, pero haciendo uso de sus poderes, fue sobreseído, sin haber sido nunca indagado por la justicia. RARO.

Quiso seguir en la política, pero como se lo sentenció en la cara nuestra compañera de lucha, ya fallecida por tanto dolor, Mariana Márquez, que a viva voz le gritó: "Aníbal. Sos un cadáver político". De agosto del 2008 a Agosto del 2009 fuimos testigos del juicio oral a todos los que, según la justicia, eran los responsables. Si bien quedaron muchas dudas, algunos tuvieron condena. Pero con idas y vueltas pasando de estrago doloso a estrago culposo, de ser sobreseídos por el beneficio de la duda a ser nuevamente imputados, recién en el 2012 quedaron firmes las condenas y tuvieron que cumplirlas.

Quedaron muchos en el camino, con dudas sobre su responsabilidad. Avanzamos cinco casilleros. En el 2018 ya todos habían cumplido la condena. Nuestras fichas se pusieron en alerta. La justicia, creyó que dándole las llaves del establecimiento al dueño, Rafael Levy, daba por concluido el proceso. Pero esa ficha negra, irrespetuosa, con poderes que aún le quedaban, movió mal la ficha, y con su actitud de reprochable accionar, queriendo borrar la memoria del lugar, como si nada hubiera pasado, tuvimos que sacar de la mochila nuevamente el megáfono para hacer sentir nuestro grito desesperado de pedido de justicia.

Perdimos un turno.

Nuestras fichas se reagruparon, tomaron fuerzas, y comenzamos una nueva etapa de lucha para lograr que ese espacio no sea utilizado por el propietario para un shopping, nuevamente un hotel o incluso, lo venda para que otros reinstalen un lugar de baile o recitales.

Debe ser un Espacio de Memoria, para que nunca se olvide lo ocurrido y para que las nuevas generaciones tomen dimensión de semejante masacre y aprendan a hacer valer sus derechos de cuidado y respeto, que como ciudadanos se merecen. Conseguimos que en Octubre del 2022 se apruebe por unanimidad la Ley de Expropiación, en ambas cámaras de Diputados y Senadores, luego de muchas reuniones con funcionarios y políticos.

Avanzamos otros cinco casilleros.

Pero la ley corrió riesgo de caerse ya que su validez era de dos años para proceder a la expropiación. Tiempos interminables para conseguir que se reglamente, cambio de gobierno, Ministerio de Justicia que se tomó su tiempo para tomar conocimiento. Juzgado Contencioso Administrativo, que no dio lugar al ingreso al local por haber sido mal notificado al propietario. Un tribunal Nacional de Tasación que no tenía las herramientas legales para ingresar y el tiempo que nos jugaba en contra.

Retrocedimos tres casilleros.

El Ministerio de Justicia que pide el juicio de expropiación y la cámara de diputados que aprueba la prórroga por cuatro años para llegar a tasar la propiedad y expropiarla, dieron un alivio a la lucha, aunque aún resta que la cámara de Senadores también apruebe el pedido de prórroga. Casi a punto de terminar el año, el Tribunal Nacional de Tasación pudo ingresar al predio para evaluar el estado en que se encuentra y proceder a tasarla. Primer paso para llegar a la expropiación definitiva. Tiempo, impredecible. Pero se abrió una puerta.

Avanzamos 5 casilleros.

Algunas fichas que seguían alrededor del Poder Legislativo de la CABA para obtener antes de que caiga a fin de año, una nueva Ley de Reparación para las víctimas de la masacre, familiares y sobrevivientes, actualizando el padrón, para que todos tengan el mismo derecho, finalmente fue aprobada. No se tuvieron en cuenta todos los pedidos, pero se avanzó en temas importantes, consiguiendo que la reparación sea vitalicia.

Y aquí estamos. Así estamos hoy, a 20 años. En el tablero de la lucha permanente, con fichas cansadas, algunas perdidas en el tiempo, otras que decidieron abandonar, pero, los que quedamos tenemos la certeza plena de que nuestra meta es genuina y merecida.

No tenemos claro cuando se terminará la partida. Quizás nunca. Muchos saldrán del tablero, pero el reglamento permite que se incorporen nuevos participantes que van a fortalecer y dar nuevo sentido a la lucha. Lo cierto es que al menos, lo intentamos, con errores y aciertos, con caídas, con golpes, algunos muy duros, pero con la convicción de que la lucha fue, es y será justa, con la brújula puesta siempre en el cartel de salida: MEMORIA – VERDAD - JUSTICIA.

POR TODAS Y TODOS AQUELLOS QUE YA NO ESTÁN
PARA AQUELLAS Y AQUELLOS QUE SIGUEN ADELANTE, PORQUE SI ESTAN
POR TODAS Y TODOS LOS QUE VENDRÁN
LAS PIBAS Y LOS PIBES DE CROMAÑON, PRESENTES
LAS Y LOS SOBREVIVIENTES, PRESENTES
LAS Y LOS FAMILIARES Y AMIGOS, PRESENTES
AHORA Y SIEMPRE.

Raúl Morales, padre de Sofía Morales y perteneciente a la agrupación de familiares y sobrevivientes de Cromañón, Que No Se Repita.

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