Vicentin suma un nuevo capítulo en su ya muy largo derrotero, aunque en esta oportunidad podría ser algo que pueda destrabar su situación, ya que hoy el grupo inversor CIMA SA adquirió la totalidad de la deuda que la cerealera en default mantiene con los bancos internacionales, valuada de US$ 447.194.396,91.
Según informó el portal Rosario3, la firma le compró la deuda a los siguientes acreedores financieros externos: IFC (US$ 205.785.014,45), FMO (US$ 122.278.129.55), ING (US$ 46.429.718,73), RaboBahnk (US$ 22.781.133.64), MUFG (US$ 12.381.296,09), SMBC (US$ 12.381.296,09) y Natixis (US$ 9.934.586,27)
En un comunicado difundido hoy, CIMA SA explicó que “se adquirió esta deuda con el objetivo contribuir a destrabar el prolongado proceso judicial, que ya lleva cinco años, y trabajar en una solución que permita reactivar a la mayor compañía del sector agrícola de bandera argentina”.

“Nuestra intención, como representantes del mayor acreedor del concurso, es colaborar en una pronta solución, que contemple en forma ecuánime los intereses de las distintas partes interesadas, en particular aquella que incluya la conservación de las fuentes de trabajo, cuidando el valioso Capital Humano de la compañía”, indicó la firma que adquirió la deuda en noviembre, pero que fue recién hoy a la Justicia santafesina, que lleva adelante el concurso de acreedores de Vicentin.
Si bien esto no siginfica la resolución del concurso, que todavía espera ser homologado por la Corte Suprema de Justicia de la provincia, sí abre la posibilidad de que se vaya a cramdown, lo que quiere decir que de no homologarse, terceros interesados en quedarse con la empresa hagan sus propuestas.
Es por eso que desde la firma informaron que han "iniciado diálogos con diversos actores interesados en el proceso, incluyendo al Grupo Grassi, con miras a explorar su participación en un eventual Cramdown".
"Es nuestra intención colaborar con todas las partes que deseen sumar valor, construyendo soluciones que atiendan de manera justa los intereses de los acreedores y demás actores involucrados, y que prioricen la preservación de las fuentes de trabajo, cuidando el valioso capital humano de la compañía”, agregó.
La que sí pudo
En paralelo, esta semana Molinos Cañuelas comunicó que acordó el pago de su deuda con sus acreedores de US$ 1.290 millones, quedando muy cerca el concurso iniciado a finales de 2021.
Según informó la empresa, el 90% de los deudos aceptaron el plan de pagos, que tiene tres modalidades: en efectivo, a corto plazo y a largo plazo, con un cronograma que va hasta los 14 años.

“Habiendo presentado las mayorías dentro del período de exclusividad, se aguarda que la homologación judicial se formalice próximamente”, informó la compañía, cuyo concurso reside en la justicia de Río Cuarto.
"Este acuerdo refuerza el compromiso de Molino Cañuelas con sus empleados, clientes, proveedores, acreedores, y organismos gubernamentales, como también con todos aquellos consumidores que han mantenido inalterada la confianza en sus productos. La compañía hace extensivo un sincero agradecimiento a los acreedores por el apoyo brindado durante este proceso, como también a los equipos técnicos, asesores y accionistas que activamente participaron en su logro”, concluyó el comunicado.