Edgardo Kueider pidió la anulación de la sesión de ayer de la Cámara Alta, en la que fue expulsado del Senado, denunciando presuntas irregularidades administrativas.
Según el ex legislador, que fue detenido en Paraguay con 200 mil dólares sin declarar, la sesión debería ser declarada inválida porque en el momento en que se votaba su destitución, la presidenta de la Cámara, Victoria Villarruel se encontraba en ejercicio del Poder Ejecutivo nacional porque el presidente Javier Milei se encontraba fuera del país.
A pesar de que la Constitución aclara la incompatibilidad de las dos funciones- presidencia del ejecutivo y del Senado-, la vicepresidenta aclaró que el traspaso de funciones no es automático y se materializa “solo cuando me lo informa el escribano de presidencia a través de un acta” que firmó a las 19 horas, después de la sesión.
Con el velado apoyo del ejecutivo, que quiere aprovechar para desplazar a Villarruel, Kueider presentó un amparo en la Cámara Contencioso Administrativa, solicitó la restitución de su banca por haberse tratado de una votación irregular.
El argumento de que Villarruel no se encontraba habilitada para encabezar la sesión del jueves fue replicado por los “trolles” de Casa Rosada, que quieren evitar a toda costa la caída de Kueider (un senador de origen peronista, pero que viene votando a favor del Gobierno) y el ingreso de Stefanía Cora, que responde directamente a Cristina Kirchner.
Si esta hipótesis de nulidad avanza, Cora no podrá acceder a la banca hasta que se resuelva la cuestión judicial. Esta situación le daría tiempo al oficialismo para seguir en el Senado sin 34 representantes de Unión por la Patria, que estaría a solo tres votos de tener quórum propio.