Todo lo que sea bajar retenciones le interesa al campo argentino, más allá de que muchas de esas iniciativas se proponen a sabiendas de que no van a prosperar. Y muy posiblemente la "Ley de Reparación Histórica del Campo Argentino", que busca reducir los derechos de exportación hasta su eliminación, sea un proyecto que no vea la luz del día.
El proyecto en cuestión corresponde al diputado nacional del PRO, Luciano Laspina, quien propone la reducción gradual de las retenciones en un 0,35% mensual a partir de marzo de 2025 hasta su eliminación, además de impedir a los futuros gobiernos elevar las alícuotas del tributo.
Esta baja progresiva permite alcanzar una reducción anual de 4,2 puntos porcentuales de las distintas alícuotas, e implica una disminución gradual que, para los productos con alícuota inicial de 33%, como la soja, se extiende a menos de 8 años hasta alcanzar la eliminación total de las retenciones, mientras que en el caso del trigo y el maíz se tardaría poco más de tres años.
Según especificó Laspina, "esta ley tiene por objeto eliminar la inequidad tributaria sufrida por el campo argentino a lo largo de la historia. Con distintos pretextos, gobiernos de todo signo y origen han aplicado y aplican fuertes impuestos a las exportaciones agropecuarias que operan como una confiscación del esfuerzo y el trabajo del campo argentino".
Sin embargo, Laspina es consciente de que, si pretende que el proyecto tenga un mínimo de posibilidades de cristalizarse, sin contar que los tiempos ya casi no le dan para que la reducción de la alícuota comience a regir en marzo, la baja no puede ser abrupta, sino escalonada.
Por eso, sostiene que "el equilibrio fiscal no puede resignarse bajo ningún concepto, porque debe ser la piedra basal de la estabilidad macroeconómica que es condición necesaria para el crecimiento económico".
"Esto explica la lógica secuencial establecida por la presente ley. Una reducción abrupta de las alícuotas de retenciones a las exportaciones tendría un costo fiscal difícil de absorber por el Estado Nacional en las actuales circunstancias. Sin embargo, una reducción drástica de las retenciones a largo plazo, aplicada de manera gradual y creíble por medio de una ley, eliminando al mismo tiempo la discrecionalidad del Poder Ejecutivo para elevar alícuotas o imponer medidas que alteren de manera directa o indirecta los precios de mercado de los productos agropecuarios, permitirá obtener los beneficios en términos de señales de largo plazo, minimizando el costo fiscal de corto plazo", concluye el proyecto presentado por Laspina.
Retenciones: promesas oficiales
Las retenciones se encuentran más presentes que nunca en la agenda política, pero no por la interminable insistencia de las gremiales del campo, que repiten una y otra vez que se debe eliminar este impuesto, sobre todo por los problemas de rentabilidad que está teniendo el sector, sino por el mismo gobierno.
Ayer el Presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, remarcaron ante 400 delegados, directivos y productores de la Sociedad Rural Argentina (SRA) la intención de reducir retenciones el año que viene, aunque la decisión está atada a la evolución de los ingresos fiscales.
"Espero poder volver el próximo año y que todos podamos festejar que tenemos una economía mucho mejor, en crecimiento, con inflación a la baja, con la pobreza que sigue cayendo y poder festejar que las retenciones han bajado. Los veo el año que viene esperando poder festejar buenas noticias”, dijo Milei ante la atenta mirada de los presentes.
No obstante los deseos de Milei, el mandatario aclaró, según consta en La Nación, que pudo acceder a las declaraciones, ya que el evento fue cerrado a la prensa, que "en la medida que podamos consolidar esta tendencia a lo largo del año que viene y que se pueda verificar [que] ese aumento de ingresos no es de tipo transitorio, sino de tipo permanente, más la reducción del gasto público porque la motosierra continúa, se va a traducir en baja de impuestos"