El Papu Gómez está por cumplir 37 años y todavía le quedan 10 meses de su sanción por doping. En este sentido, habló por primera vez desde que se alejó de la Selección Argentina de forma polémica y desde que lo castigaron con dos años sin jugar.
En una entrevista con Juan Pablo Varsky en Clank!, el campeón del mundo se refirió a cómo pasó estos 14 meses de sanción. “El primer año fue complicado porque no podía hacer nada. No me permitían entrenarme con el equipo, no podía entrar a la Ciudad Deportiva del Monza. Entonces tenía que entrenarme solo. No podía hacer el curso de entrenador, como tenía tiempo me quise poner a entrenar o hacer algo. Cuando te suspenden, te suspenden de todas las actividades deportivas”, remarcó.
No solo esto, sino que el Papu Gómez aseguró que pasó de ser campeón del mundo a que no lo llame nadie, desaparecer del medio o no jugar más. “Hay que saber convivir con eso. Ni cuando estás allá arriba sos el mejor ni ahora sos el peor. Sólo hay que saber priorizar otras cosas”, subrayó.
El doping positivo del Papu Gómez
En otro pasaje de la nota explicó que en España no hay doping después de los partidos como en la Champions, en Italia y otras ligas. “Me agarra un ataque de tos a mitad de la noche y le pido a mi mujer que me dé un jarabe para la tos. Y estaba el del nene más chico, de Milo. Me da una tacita chiquitita de jarabe para la tos”, sostuvo, en un episodio que ocurrió después de un partido entre el Sevilla y Real Madrid.
De esta manera, el exjugador de la Selección agregó que al otro día fue a entrenar y había doping sorpresa. “Salieron sorteados quince y cuando hago el control antidoping, el doctor siempre pregunta si tomaste algo que ellos tenían que declarar. Yo me olvidé que había tomado el jarabe. Entonces le digo ´sí, algún inflamatorio, pastillas para dormir y proteína´. No le informé del jarabe, si yo le decía no pasaba nada”, recalcó.
El Papu Gómez aclaró que pasó el tiempo y le llegó por email, dos días antes de la final, que había dado positivo. “Fue un baldazo de agua fría. En la final de un Mundial, que te llegue una noticia así es horrible. Esos dos días estuve muy mal, estuve con fiebre. No sé si fue por la noticia o qué. Mientras festejaba estaba con la cabeza puesta en qué iba a pasar”, sostuvo.
Finalmente, el volante ofensivo dijo que les contó a sus compañeros en el hotel. “Yo no le quise decir a nadie porque no quería que la gente esté en otro lado que no fuera con la cabeza en la final del Mundo. No quería ser egoísta de mi parte, de ir a contarles algo feo a chicos que estaban por jugar una final del mundo. Me lo guardé para después de la final del mundo. Cuando les conté me dijeron que me vieron bajoneado”, concluyó.