Un estudio reciente develó que hay cientos de microbasurales en el Gran San Miguel de Tucumán. Investigadores del INTEPH y el IER, de CONICET y la UNT, usaron imágenes satelitales, tecnología de georreferenciación y las denuncias de los vecinos para encontrar más de 870 lugares donde se acumula basura a la intemperie.
Este proyecto, que arrancó en 2022 con el apoyo del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT), tiene como objetivo mejorar el manejo de la basura y hacer que la gente tome conciencia sobre el daño que causan estos microbasurales. Según Matilde Malizia, la investigadora a cargo, estos montones de basura no solo arruinan el paisaje, sino que también pueden causar problemas de salud al generar criaderos de mosquitos y otros vectores de enfermedades.
“Frente a problemas urgentes hay que proponer soluciones participativas. Los microbasurales afectan la calidad de vida de los vecinos y dañan el ambiente”, explica Malizia.
Como parte del proyecto, se creó un mapa interactivo que ayuda a identificar rápidamente los lugares con más basura. Este mapa está disponible para que lo descarguen los vecinos y las autoridades, y también permite a la gente denunciar nuevos microbasurales, fortaleciendo la conexión entre la ciencia y la comunidad.
Para Malizia, la solución a los microbasurales es tarea de todos: “Este trabajo demuestra cómo la ciencia puede trabajar junto con la comunidad para resolver problemas ambientales y lograr un futuro más sostenible”, dice.
El proyecto no solo busca mejorar cómo manejamos la basura, sino también fomentar una cultura de cuidado del medioambiente, algo clave para el bienestar de todos.
Qué son los microbasurales
Un microbasural es una acumulación no autorizada de residuos sólidos de menor escala, que se encuentran principalmente en áreas urbanas y rurales. La presencia de microbasurales es una problemática ambiental ya que aumenta la probabilidad de contaminación del suelo, del aire y del agua.