La siesta es un hábito cultural profundamente arraigado en muchas regiones del mundo, especialmente en lugares con climas cálidos, como Argentina, y en países con tradiciones mediterráneas y latinoamericanas.
Se trata de un breve periodo de descanso que se realiza generalmente después del almuerzo, en las primeras horas de la tarde.
Además de ser un momento de relajación, busca mejorar el rendimiento y la energía para enfrentar el resto del día. Pero, ¿cuánto debe durar una siesta para ser efectiva?
Cuánto debería durar una siesta
La ciencia ha demostrado que la siesta, cuando se toma correctamente, puede tener varios beneficios tanto para la salud física como mental. En primer lugar, ayuda a reducir los niveles de estrés y presión arterial, lo que contribuye a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según la Fundación Española del Corazón, un breve descanso durante el día puede ser clave para mantener la salud cardiovascular.
Desde el punto de vista cognitivo, la siesta también mejora la memoria, atención y concentración. Un estudio realizado por el University College de Londres y la Universidad de la República de Uruguay encontró que dormirla regularmente puede contribuir a preservar la salud cerebral y reducir el riesgo de neurodegeneración.
Cuál es la duración ideal de descanso
Si bien tomar una puede ser beneficioso, la duración es clave. Según un estudio realizado por NASA y la Junta de Seguridad en el Transporte de los Estados Unidos en 1995, la ideal debe durar aproximadamente 26 minutos. Esto permite que la persona entre en un sueño ligero que mejora el estado de alerta y el rendimiento sin llegar a la fase de sueño profundo.
Por otro lado, la Fundación del Sueño de los Estados Unidos recomienda que las siestas en adultos no duren más de 30 minutos, idealmente 20 minutos. Este intervalo es suficiente para evitar la inercia del sueño, esa sensación de aturdimiento al despertar, y garantizar un impulso en la energía y concentración.
Consejos para una siesta efectiva
- Cuándo dormirla
El momento ideal para hacer una siesta es entre 13 y 17 horas, justo después del almuerzo. Esto se debe a que, en ese período, los ritmos circadianos de nuestro cuerpo experimentan una baja natural, lo que nos hace más propensos al sueño. Evitá las tardías, ya que podrían interferir con el sueño nocturno. - Dónde dormirla
Elegí un lugar tranquilo y cómodo, con poca luz. La oscuridad ayuda a que te concilies más rápido. Además, mantené la temperatura del ambiente agradable, ya que un espacio muy caliente o frío puede dificultar el descanso. Si podés, descansá en un sillón reclinable o en una cama, pero si sufrís de reflujo gástrico, es mejor optar por un sillón semi-reclinado. - Minimiza las interrupciones
Para lograr una siesta efectiva, trata de reducir al mínimo las distracciones. Si el entorno no es completamente silencioso, usar tapones para los oídos o una máscara para los ojos puede ser útil.